1. Me demuestran lo que significa ser mujer


    Fecha: 15/04/2019, Categorías: Transexuales Autor: translover, Fuente: SexoSinTabues30

    ... la piel por lo que la sensación de movimiento era trasmitida sin intermediarios a mi piel. Incluso al presionar sobre uno de los senos, la fijación era tal que podía sentir la tensión sobre la piel de mi pecho.
    
    Luego de la caja de la ropa sensual, saqué un corsette color guinda que tenía unos lazos de listón, que podían ser ajustados hasta crear la forma deseada. Obviamente tiré de los lasos tan fuerte como pude y hasta donde mi cuerpo lo permitió sin legarme a causar alguna obstrucción.
    
    Cubrí todo aquello con un lindo vestido veraniego en corte X, que me llegaba algunos 20 centímetros por arriba de la rodilla, pero que era lo suficientemente largo para evitar que algo se viera sin mi permiso. Era de color verde olivo y con estampado de florecitas blancas, por el frente no dejaba asomar nada del escote, llegando hasta el cuello en un corte redondo, pero por la parte de atrás se abría paso un escote que llegaba a media espalda y que terminaba en otras tiritas que permitían ajustar el vestido para mejorar la figura.
    
    No quise llevar pantimedias ni algún tipo de calceta y solo me puse unos lindos tacones del tipo D’Orsay en gamuza color rojo bermejo. Mi outfit me parecía tan lindo que no podía quedármelo solo para mí, sentía la necesidad de compartirlo con el mundo y dejar que las personas me vieran en él.
    
    Salí con el pretexto de ir por un helado y sentí las miradas de la gente sobre mí, era justamente medio día por lo que esta vez la chica del vestido floreado llamaba mucho más la atención. Caminé algún kilómetro y medio o dos, hasta llegar a un centro comercial cercano al que iba mucha gente, no sé si era el outfit, la emoción de haber comenzado todo aquello o la sima de ambas, pero yo me sentía imparable y pretendía devorarme el mundo en un instante. Caminé dentro de aquel centro comercial sintiendo la mirada acusadora de las señoras cuyos maridos perdían la vista en mí, la mirada lujuriosa de aquellos hombres y la mirada de admiración de las pequeñas chicas adolescentes.
    
    Llegue a una cafetería y ordené un helado.
    
    -¿De qué sabor lo desea señorita?- Me preguntó el joven encargado que llevaba un mandil verde y gorra del mismo color.
    
    -Sorpréndeme.- Le dije esforzándome porque mi mirada fuera seductora y atrevida, causando que el chico se sonrojara.
    
    Tomé mi helado y comencé a comerlo, esforzándome porque mi manera de hacerlo fuera lo menos sensual posible, pues estaba en una zona publica y era medio día, y además si tengo escrúpulos, había niñas y niños observando.
    
    Termine mi helado, no sin intercambiar miradas con varios hombres, algunos chicos de edad universitaria y uno que otro señor de edad madura. Pero de entre todos ellos. Solo uno se acercó. Escribió algo en una servilleta, limpió un poco de helado que no había notado que tenía embarrado en mi mejilla, colocó de nuevo la servilleta en mi mesa con lo escrito hacia abajo, me sonrió amablemente y se giró para perderse entre la multitud que iba y venía.
    
    Levanté la ...
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