1. Amalia


    Fecha: 24/11/2019, Categorías: Incesto Autor: Fantasma Verde, Fuente: CuentoRelatos

    ... universidad nunca me topé con una de estas- dijo apretujándola despacio y recorriéndola con la mano.
    
    - ¿Nunca? - pregunté incrédulo.
    
    - ¡Que va! Tuve puros... que solo llegaban justo a la mitad. - Dijo midiéndolo con su mano extendida.
    
    - ¿Tía, te gustaba mucho coger?
    
    - ¡No tenía otra cosa que hacer! - Exclamó entre risas. -En teatro tuve un maestro que se parecía mucho a ti. Nos la pasábamos cogiendo como conejos, en todas partes. En mi audición, cuando recién entré, me pidió que me quitara toda la ropa y me dejó solo en pantys. Yo ya había tenido experiencias con 2 novios, pero él era cosa seria. Me pidió que le recitara unos versos mientras caminaba por su oficina y cuando menos lo pensé, ya lo tenía atrás de mi dándome como si se le fuera a ir la vida en ello.
    
    - ¿Te gusta de perrito?
    
    -Si, pero ya no puedo, me duelen mucho las rodillas. Prefiero asi, sobre mí... En una ocasión, mi maestro fue a verme a mi casa; nadie sabía que estábamos saliendo. Digo, él tenía 38 y yo apenas 19 ¿te imaginas el escándalo? Salí sin que nadie se diera cuenta e hicimos el amor en el carro de tu abuelo. Fue apenas un “rapidín” pero me dejó embarazada.
    
    - ¿De... Sarah? - Pregunte sorprendido.
    
    -No. Lo perdí. Pero cuando mi papá se enteró casi lo mata. -Yo la miraba incrédulo por la tranquilidad con que contaba las cosas y sobre todo la confianza que sentía para decirlo. - ¿Sabes de que otra manera me gusta? - Tomó nuevamente el gotero y vertió un poco sobre mi pene. Lo masajeó de arriba a abajo hasta que estuviera totalmente cubierto y sin decir nada se sentó sobre el engulléndolo por completo. -Me gusta mucho de caballito- Cerró los ojos y comenzó a mover sus caderas apoyando ambas manos en mi pecho. Con cada sentón gemía con más fuerza y se inclinaba hacia atrás, dejándome ver sus perfectos pechos en toda su forma y esplendor. Estos botaban y se balanceaban a los lados de manera circular. -Agárrame los pezones- me decía, y yo sin chistar le obedecía. Los jalaba y los apretaba provocándole esas hermosas muecas que solo pueden formar este placer en particular.
    
    Cuando sentí que sus movimientos se hicieron más veloces la levanté un poco de las piernas y comencé a penetrarla más fuerte y más rápido. - ¡Así! ¡No te detengas! - decía bufando. Sentí su interior contraerse con más fuerza que la vez pasada y sin decirme nada tuvo un orgasmo casi silencioso, pero más violento, acompañado de apenas un gemido. Me detuve de golpe y abracé su cuerpo que no paraba de temblar. -Dios mío pero que ricura tienes entre las piernas, muchacho...- me dijo casi al oído. Dejo caer todo su peso sobre mí y la besé. Fue un beso con lengua muy largo y lleno de lascivia. Con ambas manos acariciaba sus nalgas y de cuando en cuando pasaba un dedo sobre su ano. - ¿Te quieres correr adentro o en mi boca? - pregunto dándome pequeños mordiscos en los labios. -Aunque la siento todavia muy dura para acabar...- Se rio y sin contestarle me incorporé hasta quedar recargado sobre la ...
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