1. Vacaciones con mi cuñado V


    Fecha: 04/11/2019, Categorías: Gays Autor: Fran, Fuente: TodoRelatos

    ... de modernas tener una pareja de amigos gais mola, escool para presumir ante las amigas. Y dicho esto, ahora sí que podemos bajarnos los pantalones, algo a lo que los tres estamos acostumbrados por nuestras parejas, ¿verdad? Solo que esta vez va a ser de forma literal.
    
    Alberto y yo nos miramos perplejos después de escuchar el monólogo de David, quien de repente empezaba a caerme mejor. Nos había utilizado haciéndonos creer que éramos nosotros quienes manejábamos la situación y eso tenía su punto de morbo porque evidenciaba que le gustaba dejar las cosas claras, no era un blanco tan fácil y, sobre todo, estaba dispuesto a que ocurriese el encuentro que habíamos imaginado. A Alberto le costó más reponerse, quizá porque era un poco más orgulloso que yo, un macho a quien unmarica acababa de metérsela doblada y no al revés.
    
    —No os mosqueéis, coño, que ya sabéis que soy bastante teatrero. Si en el fondo siempre me habéis caído bien, no me mirabais como un bicho raro como algunos de los maridos de mis amigas, me habéis tratado con naturalidad y eso es lo que cuenta para que el colectivo se integre de una maldita vez. Acepto que estéis experimentando y hayáis intentado utilizarme porque me teníais a tiro, así que no debería molestaros que yo haya hecho lo mismo. Sería un poco hipócrita por vuestra parte, ¿no?
    
    —La idea surgió ayer cuando te vimos —intercedí—. No era algo que hubiésemos premeditado, pero al decirnos que estabas solo nos acordamos de cuando mencionaste aquello de que le habías sido infiel a Mateo. Si para ti es complicado quedar con hombres, imagina para nosotros.
    
    —Lo entiendo, Kike. No pasa nada, está todo bien. ¿Verdad, Alberto? Anda, ven. Deja que te achuche un poco para destensar el ambiente.
    
    David se le acercó para darle un abrazo afectuoso a modo de disculpa por haberle desafiado de esa manera, consiguiendo que Alberto se relajara. Este le agarró del cuello cuando se separaron y tiró hacia él para besarle. Sin embargo, el contacto de sus labios se quedó en un simple pico.
    
    —Lo siento, pero no me van los besos —se excusó David, impresionándonos una vez más.
    
    Nos cogió de la muñeca tirando de nosotros para llevarnos hacia el dormitorio, donde nos desnudamos sin darle más vueltas. Éramos adultos y sabíamos lo que queríamos, así que de nada servía mosquearse. No obstante, el trance no resultó del todo cómodo hasta que David volvió a hablar:
    
    —A partir de ahora somos solo tres tíos que buscan sexo y pasarlo bien, ¿vale? Nada de amigos, ni cuñados, ni maridos infieles. Lo que ocurra aquí dentro se queda aquí, como en Las Vegas. Dejad que todo fluya y disfrutad.
    
    De eso se trataba, así que de la misma manera en que David había enrarecido el ambiente volvió a distenderlo con otra frase audaz. Se arrodilló frente a nosotros agarrándonos las pollas antes de comenzar a lamer y chupar, provocando nuestros primeros sollozos de placer. Aquella era una situación ya conocida para nosotros, aunque ahora mucho más cómoda, con ...
«12...456...9»