1. Vacaciones con mi cuñado V


    Fecha: 04/11/2019, Categorías: Gays Autor: Fran, Fuente: TodoRelatos

    ... alguien de confianza y mayor experiencia y, sobre todo, la complicidad entre mi cuñado y yo que nos llevó a besarnos mientras David se empleaba en darnos placer. Sostenía las dos muy cerca y en vez de ir intercalándoselas trataba de dedicarse a ambas al mismo tiempo, jugando con los capullos en sus labios, lamiéndolos o deslizando la lengua por los troncos. Se notaba que le gustaba y que controlaba los movimientos gracias a la práctica.
    
    —Me toca —anunció, levantándose—. ¿Quién me folla primero? Luego cuando dilate podemos probar a meter las dos.
    
    —¡Las dos! —exclamamos Alberto y yo al unísono con un mohín de incredulidad mezclado con el dolor que imaginábamos solo de pensarlo.
    
    —Venga, tumbaos y ya decido yo.
    
    Nos hizo acostarnos boca arriba con las cabezas apoyadas en la almohada, uno junto al otro con las pollas tiesas apuntando al techo. Se colocó a horcajadas sobre mí, percibiendo el temblor en mis piernas.
    
    —Es mi primera vez —me excusé.
    
    —Bueno, no habrá mucha diferencia con follarse un coño, digo yo. Pero si te duele o algo me avisas.
    
    Por un momento creí que el que iba a recibir polla era yo porque no entendí aquello de que podría dolerme ni Alberto había comentado nada. Fue dejando caer su cuerpo mientras con una mano apuntaba el capullo hacia su ano. Se la clavó poco a poco al tiempo que yo me estremecía por el roce, sintiendo cómo mi polla ardiente se adentraba en un agujero todavía más cálido que la iba absorbiendo con una facilidad pasmosa. Una vez acoplada David empezó a cabalgar sobre mí, contoneándose para percibirla en su interior, ocasionándome un placer que, como bien había dicho, no difería mucho al de meterla en un buen coño. Tras el rato que él consideró se separó de mí para hacer lo mismo con Alberto, que esperaba impaciente aquel culo redondito y tragón. Poco dispuesto a quedarme al margen, me incorporé con intención de que David siguiera comiéndome el rabo mientras tanto, pero algo dentro de mí lo condujo hacia la boca de mi cuñado. Me situé de rodillas junto a él y se lo ofrecí. Me miró con pillería, me dedicó otra de sus sonrisas y comenzó a tragar.
    
    —Dios, cómo me pone ver a dos heteros comiéndose las pollas —comentó David divertido sin interrumpir el trote.
    
    Por primera vez me fijé en su polla, que se golpeaba gracias al vaivén sobre el vientre de Alberto. Tenía un tamaño normal, quizá algo más gorda que la mía, pero una curiosa forma curvada hacia arriba y un glande descapullado muy marcado. Dejé de contemplarla porque inclinó el cuerpo para unirse a la mamada que me estaba haciendo mi cuñado. Entonces recordé nuestra conversación en aquella piscina y su deseo de que dos bocas le comieran el rabo tal como me estaban haciendo ellos a mí, así que aproveché cuando David se separó y con un gesto le indiqué que se agachara. Alberto dio un respingo cuando sintió nuestras dos bocas lamiéndole el prepucio antes de tragármelo. Lo lengüeteábamos juntando nuestras lenguas, pero el gemido más profundo llegó ...
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