1. HICE MUJER A MI HIJA Cuarta parte


    Fecha: 29/10/2019, Categorías: Incesto Autor: Corsario, Fuente: SexoSinTabues30

    ... señor, por favor, puedo correrme? Pero no pare, por favor, siga clavándomela, por favor, rómpame el culo si es preciso, pero siga, siga, por favor, déjeme correrme -suplicaba mientras las lágrimas saltaban de sus ojos y corrian por su cara, mezclándose con las babas que la embadurnaban.
    
    – Aguanta puta, aguanta, que yo tambièn estoy a punto de llenarte, que tal vas, George? -dijo Ricardo, con la voz ronca de placer.
    
    – A punto de llenarla también. Intentamos corrernos a la vez y llenarla toda de golpe?
    
    – Yo estoy ya listo, me duelen los huevos, están a punto de reventar. Esta perrita es capaz de dejarnos secos. Venga, vamos, vamos, correteeeee -gritó a Anna mientras borbotones de lefa inundaban el recto de la joven, mientras hundia el pene hasta el fondo, notando las contracciones del intestino y el útero de Anna, presa de un brutal orgasmo, a la par que recibìa en su boca los cuajarones de la polla de su padre.
    
    – Siiiiiii, señor, siiiiiiii, me vais a matar de gustooooo, seguid echandome leche, seguiiiid – gritaba Anna con el rostro desencajado al notar como su joven cuerpo se inundaba, se tensaba al maximo y luego caìa desmadejada sobre el edredón.
    
    Elizabeth hundió los talones, levantando totalmente la pelvis para incrustar su coño en la boca de su hija,
    
    – Siiiiii, Irene, siiiiii, toma mis jugos perra, lameeee, me estoy corriendo como una cerda, Diooossss, que lengua tienes, que lengua tienes, lame, perrita, lámemeeee.
    
    Irene quedó unos instantes lamiendo el encharcado coño de su madre, para luego girarse y tomar entre sus labios la polla de su padre, que salìa del culo de Anna totalmente pringosa tras la monumental eyaculación, y limpiarla a lengüetazos para luego sorber directamente del culo de Anna. Elizabeth, mientras hacía lo mismo, lamiendo los churretones de la cara de la joven y limpiando la polla de George, que refregaba por la cara de su hija.
    
    Pasaron unos minutos hasta que todos cayeron desmadejados, respirando agotados tras la tensiòn que habían mantenido durante casi dos horas. Anna abrio los ojos, brillantes de placer y se aproximò a Ricardo para besarle fuertemente en los labios.
    
    – Gracias, señor, gracias. Espero que lo haya pasado tan bien como yo.
    
    – Si, Anna, tienes un culo formidable. Y es alucinante cómo abrazas la polla con tu culo, yo creo que me has ordeñado tú solita -se reía Ricardo.
    
    – Bueno, cuando consiga moverme traeré algo de picar, que sin reponer fuerzas no creo que duremos mucho, y a mí aún me falta recibir unas buenas pollas -suspiraba Elizabeth.
    
    (CONTINUARÁ) 
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