1. HICE MUJER A MI HIJA Cuarta parte


    Fecha: 29/10/2019, Categorías: Incesto Autor: Corsario, Fuente: SexoSinTabues30

    PRIMERAS PARTES, PUBLICADAS EN SEXO SIN TABUES, CON MI NICK DE CORSARIO1971
    
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    HICE MUJER A MI HIJA. Cuarta parte.
    
    Tras ponerse sendos pareos semitransparentes sobre sus bikinis, Anna e Irene bajaron de nuevo a la planta baja, justo en el momento en que unos empleados de un catering salían de la cocina tras dejar todos los elementos para la comida. La mesa del comedor estaba totalmente montada, con su mantel blanco impoluto, platos, copas de vino, cubiertos y servilletas.
    
    Elisabeth, en tanga, se encontraba sentada tranquilamente en el regazo de George, frente a Ricardo, y ambos saboreaban sendas copas de vermouth mientras charlaban. George, de vez en cuando, acariciaba distraidamente los pezones de Elizabeth, erguidos y duros.
    
    Ricardo y George comentaban algunas operaciones realizadas por el banco, de las cuales habían obtenido muy interesantes comisiones, mientras Elizabeth acariciaba y pasaba la lengua por el pecho de George.
    
    – Hola, papi, mami y compañía, se os ve muy divertidos, no? -ironizó Irene. -No podríais dejar un poquito el trabajo y hacernos caso a nosotras?? ¿Queréis ver cómo me ha quedado el rasurado?
    
    Y uniendo la acción a la palabra se levantó el pareo y, tras quitarse el tanga se exhibió ante George, que, tras observarla detenidamente, pasó los dedos por su entrepierna separando levemente los labios de la vulva.
    
    -Perfecto, tienes un conejito muy suave, eh? Y muy mojadito, eso me encanta.
    
    -Cosas de las hormonas de la adolescencia -sonrió Ricardo – las tiene en plena efervescencia.
    
    – Y su fiesta de cumpleaños no ha contribuido a calmarlas, curiosamente -añadió Elizabeth.
    
    -Bueno, afortunadamente eso es algo que tiene fácil solución -guiñó el ojo George. -¿Qué tal te llevas con Anna?
    
    – Muy bien, George, seguro. Tienes una hija muy simpática, y muy guapa, y con una lengua y unos dedos maravillosos -se rió Irene. -Aunque imagino que eso vendrá de familia.
    
    – Bueno, chicos, ¿qué os parece si nos ponemos a comer, que el catering se enfría? Sentaros a la mesa, vamos.
    
    -Anna se encargará de servirnos -contestó George. -En la cocina tienes todo lo que te hace falta.
    
    Anna se dirigiò a la cocina, donde estaban colocadas las viandas que habían traido los empleados, y, doblado sobre una silla, algo que parecía un uniforme. Se lo probó, y en efecto, era un uniforme de criada, muy corto, falda con ligero vuelo y el canesú minùsculo, dejando ver la casi totalidad de sus pechos. En el asiento de la silla había dos cuencos metálicos.
    
    Preparó unas bandejas con entremeses y otros comestibles y las sacó al comedor con un carrito, comenzando a servir, en primer lugar a Ricardo, luego Elizabeth, George, y por último a ...
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