1. HICE MUJER A MI HIJA Cuarta parte


    Fecha: 29/10/2019, Categorías: Incesto Autor: Corsario, Fuente: SexoSinTabues30

    ... Ricardo lamiendo sus pechos y sus pezones, mientras Anna acompañaba a su padre, mojándole el culo con saliva y los flujos de la propia Irene.
    
    -Así, preparadla que yo ya estoy casi listo -dijo George, enarbolando su polla inmensa totalmente hinchada. Se inclinò y tomó un bote de lubricante que previsoramente había dejado a su lado.
    
    -Untala, Anna, métele un dedo con el lubricante -ordenó a su hija.
    
    Irene, con los ojos cerrados respiraba agitadamente. Su pecho subìa y bajaba al compás de su respiracion, se mordía los labios expectante mientras sentia las caricias de todos sobre su cuerpo.
    
    Anna mojó el dedo corazón con una generosa porción de gel lubricante, mojando los alrededores del ano de Irene, y metiendo a continuación el dedo hasta el fondo, lo que le provocó un leve movimiento hacia delante.
    
    – Esperad, casi mejor me pongo a gatas, os parece?
    
    Irene se colocó a gatas, quedando sus labios precisamente sobre el coño de su madre, por lo que sacó la lengua, comenzando a besarlo y lamerlo, mientras Elizabeth se lo ofrecía, subiendo las caderas y apretándolo contra ella.
    
    -Así, cariño, así, me encanta cómo lames.. .
    
    Irene siguió lamiendo el coño de su madre mientras George, tomando su polla, se acercó a ella, apoyándola directamente en su ano, moviéndola circularmente y embadurnando su cabeza con la mezcla de lubricante, saliva y flujos, mientras con los dedos acariciaba el clítoris.
    
    – Separa un poquito las rodillas y sube el culo, cariño. Voy a entrar -musitó al oído.
    
    Y apoyando el glande sobre el ano, empujó sobre Irene. Sólo entró la cabeza, pero el grito de Irene fue sobrecogedor.
    
    – Aaaaayyyyyyy, por favor, por favor, para, me duele muchìsimo.
    
    – Sólo tienes metido el glande en el culo, relájate y cuando lo estés te meteré un poquito más -le tranquilizó George.
    
    – Sácalo, por favor, sácalo, espera un momento -suplicó Irene.
    
    George obedeció, se retiró un instante, viendo el ano de Irene dilatado, enrojecido y lleno de lubricante, agregando un poco más con los dedos.
    
    – Voy otra vez. Relaja el culo y aguanta un poquito -dijo empujando de nuevo, consiguiendo introducir un par de centímetros.
    
    Irene lloraba a moco tendido.
    
    – No puedo, por favor, no puedo, es insoportable. Tienes la polla grandìsima, no me cabe.
    
    – Si te cabe, sólo hay que dilatarte poco a poco -dijo metiendo dos dedos en el ano de Irene, que movía las nalgas intentando zafarse mientras su madre la sujetaba por los hombros y animaba a George.
    
    – Venga, George, tercer intento y fóllatela duro. Ricardo lo hizo y claro que gritó, pero al final le entró a tope. Venga, aprieta. Y tú, Irene, aprieta tambien hacia atrás, verás cómo te entra.
    
    – Que no, mamá, que es muy grande, os lo suplico -y se interrumpio con un grito al clavarla George un par de centímetros más – Por favor, por favor, te lo suplico, George, no puedo soportarlo.
    
    Elizabeth acarició suavemente la cara de su hija, hablándola cariñosamente para calmarla.
    
    – Tranquila, ...
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