1. La Libertad III_30: día 12_apuesta


    Fecha: 21/10/2019, Categorías: Incesto Autor: laualma, Fuente: TodoRelatos

    ... por él, aquello que había escrito y que… pero entregarme a él, sin más, no, no podía… Pero joder, una paja con el coño, algo así sí lo habíamos hecho ya, total ¿qué podía significar repetir ahora? Tenía tantas ganas… Pero era imposible que él me ganara aquella apuesta. Joder, que estaba con Nur. Pero nadie lo sabía todavía, claro, y nadie de mi familia iba a enterarse nunca (quizás Guille sí, vale). Ni siquiera a María se lo habíamos dicho oficialmente todavía, claro. Si casi ni nosotras mismas nos lo creíamos aún. Pero si Pablo me estaba pidiendo aquello tan abiertamente, solo podía significar... Cuando lo leí, confusa, no supe cómo reaccionar. Sería cabrón. Ponerme en aquella situación era digno del mayor de los sádicos, y más teniendo en cuenta que, aunque yo aceptara la apuesta, él nunca podría ganarla y yo me iba a quedar con las ganas. Joder. ¿Eso era lo que quería? ¿Dejarme con las ganas y que fuera yo quién…? Dios, me iba a estallar la cabeza. Era incapaz de saber qué responder ni cómo reaccionar.
    
    Reaccioné mal, claro. Me hice la ofendida y le solté una bofetada. Absurdo, pero consideré que lo único seguro era que yo debía interpretar mi papel hasta el final. Además que no pensaba seguir dejándome mangonear por él más. Las cosas sucederían cuando yo lo dijese pero, sobre todo, sucederían como yo lo dijese. Y no cuando Nurita o Meri quisieran, y mucho menos cuando y como lo decidiera aquel sátiro insensato.
    
    Inmutable, me dijo:
    
    - Eso es que aceptas, ¿verdad? - Hijo de puta... pensé.
    
    Respondí enfadada:
    
    - ¡No, no! ¡Ni de coña!
    
    - ...
    
    - Joder, primo. Vale. Sí. Acepto la apuesta – su cara permanecía inmutable: ni rastro de asombro, ni rastro de sorpresa. Solo al advertir mi nerviosismo, cuando mi hablar tembloroso denotó que a mí me faltaba el aire, en su boca asomó un amago de sonrisa. Aún así, conseguí continuar, tratando vanamente de mantener un resto de dignidad - Pero esta cerdada te va a salir cara, te lo advierto. Cuando hablo de afeitarte todo el cuerpo incluyo la cabeza.
    
    Me tiré aquel inútil farol, subiendo además la apuesta por la cara, pasándome cualquier norma por el arco del triunfo. Naturalmente quería que él se atemorizara, quizás, o que se cabreara por mis trampas, más bien, y acabáramos con esta absurda tontería.
    
    - Sabes que no me vas a ganar, Pablo. Es imposible que lo hagas. Estoy convencida de que tengo razón, y voy a disfrutar dejándote calvo primo - seguí presionando contra toda razón.
    
    - Está bien. Pero primero prométeme que si pierdes cumplirás lo acordado. - Mierda, o su aplomo era infinito o estaba demasiado seguro... No era posible, trataba de decirme a mí misma…
    
    - Pablo, yo creo que ya está bien con esta tontería, ¿no?
    
    - Has aceptado, Laura. ¡Ahora no puedes echarte atrás! – por primera vez la cara de mi primo se arrugó en un infantil mohín, y durante un segundo volvió a ser lo que era en realidad: tan solo un niño - ¿O es que no quieres que te lo haga…? – su gesto se volvió a ...
«12...131415...24»