1. Mi esposa y la Pandemia. Capítulo 3


    Fecha: 27/09/2019, Categorías: Grandes Series, Autor: claudiomarried, Fuente: TodoRelatos

    ... el aire libre. Cuando terminé el paseo con ellos, y ya todos muy hambrientos (me incluyo), fuimos a casa de su abuela donde supuestamente nos esperaría Maite, pero ¡oh sorpresa! no estaba mi Maite. Le pregunté a su madre y ella no me supo responder, por lo que la llamé a su móvil sin que me respondiera, pasándome de inmediato a su buzón de voz. Me alarmé, por lo que dejando a los niños con su abuela me dirigí a casa.
    
    Apenas entré, me di cuenta que no estaba, por lo que me dirigí donde suponía que estaría, o sea a la casa de Jolene, traté de controlarme y llamé con calma. Pasó un minuto cuando se abrió asomándose Jolene, a que estaba con las mejillas rojas y un poco despeinada y me dice
    
    ¡Hola Claudio!, que sorpresa
    
    Yo: Hola Jolene, vengo por Maite
    
    Jolene: Espera un poco, la llamo.
    
    No le di la oportunidad de que la llamara, tan solo entré y grande fue mi sorpresa al ver a mi Maite abierta de piernas mientras Anto estaba comiéndole el coño, ambas vestidas, pero con las tetas al aire, mi corazón se desmoronó en ese instante… parecía que todo lo sufrido solo unos días antes, no hicieron escarmiento en ella.
    
    Yo: ¡Maite!, ¿qué putas está pasando?
    
    Maite: Corazón… es que… se me pasó la hora… ya voy
    
    Yo: No lo digo por la hora, lo digo por el espectáculo, por lo que te repito ¿¡Qué puta estás haciendo!?
    
    Maite: Es solo un poco de diversión con las chicas
    
    Yo: Pero me estas engañando con todas estas putas.
    
    Jolene: No somos putas, así que cuida tus palabras… solo no relajábamos y divertíamos, además no hay ningún chico aquí, así que no te espantes.
    
    Yo: Joder, no hay chicos, pero igual me está engañando con ustedes….
    
    Anto: Lo más bien te follaste a las otras… y a mí agregó Jolene
    
    Yo: Pero fue por deseos de Maite…
    
    Anto: Ahora Maite deseaba que la folláramos…
    
    Yo: Pero yo no estoy, nunca me lo dijo, ¡eso es engaño!, ella sabe que yo debo estar presente
    
    Jolene: Te gusta la ley del embudo, eres un cínico, dijo no ayudando en nada con su comentario.
    
    Maite: Corazón perdóname, no pensé, solo pasó…
    
    Yo: Vete al carajo, dije y salí indignado.
    
    Volví a casa de mis suegros, afortunadamente la ira se me fue pasando en el camino y para cuando llegué, ya estaba lo suficientemente calmado como para evitar hacer un escándalo por la infidelidad que había cometido Maite. Apenas entré, mi suegra con su calma acostumbrada me preguntó por Maite, a lo que dije que estaba aún con sus amigas, pero ya llegaría y así fue. Aparentemente se vino corriendo, pues sus colores estaban encendidos y su respiración aún agitada. Durante el almuerzo, a diferencia de lo habitual Maite y yo estábamos silentes, tanto que mi suegra me preguntó, que, si nos pasaba algo, a lo cual Maite se adelantó a decir que yo me había molestado por su retraso, pero que por la noche los solucionaríamos, cosa que hizo ruborizarse a su madre.
    
    Mi malestar por la reciente infidelidad de Maite, me tenía con mi enojo a tope, tanto que en toda la tarde solo le hablé ...
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