1. Mi esposa y la Pandemia. Capítulo 3


    Fecha: 27/09/2019, Categorías: Grandes Series, Autor: claudiomarried, Fuente: TodoRelatos

    ... tanta, que le subí y arremangué la falda de su vestido y tomando su delicada tanga de los laterales, se la bajé… ella muy risueña, se giró queriendo llevarme al cuarto para que nos reconciliáramos en nuestra cama, pero apenas se giró, la abracé por detrás y la atrapé contra el respaldo del sofá
    
    Maite: Vamos a la cama
    
    Yo: Aún no putita mía, aún no.
    
    Y sin más miramientos doblé mis rodillas y la envergué con fuerza, ella lanzó un grito mezcla de dolor y sorpresa, pues al igual que yo, aún no estaba del todo lubricada. Fui inmisericorde y comencé a darle duro, hasta que los gemidos de dolor se mezclaron con placer, estaba loco por ella y creo que ella por mí. Maite pronto se corrió dando verdaderos alaridos de pasión, los vecinos debieron de notar eso, sobre todo que muchos están enclaustrados por esta pandemia.
    
    Ella quedó apoyada en el respaldo del bendito sofá que aguantó bien mi furia, apenas sin fuerzas por la tremenda corrida inicial. Creo que ella pensó que todo terminaba en ese momento y trató de incorporarse, pero yo no estaba dispuesto a darle tregua… Maite, debía de sentir que yo era su hombre, su macho, por la que la levanté en vilos y me senté con ella en el sofá, volviendo a ensartarla… Maite con un esfuerzo supremo, se logró desprender de mí y tornándose hacia mí, montándose a horcajadas para prontamente ponerse a cabalgar mi irreductible verga. Ahora Maite se comportaba como una furiosa y enloquecida amazona.
    
    Si antes los gritos de placer y lujuria eran de ella, ahora los míos se agregaban y confundían entre sí. Mis arremetidas sobre el cuerpo de Maite nuevamente eran bestiales, ya nada me detenía, era como si la pena, rabia y venganza se unieran en mi corazón y mente, buscando la forma de salir de mí y así perdonar su engaño, asumiendo que su lesbianismo no era conmigo. De pronto, el rostro de placer de Maite cambió, y de la nada se puso a sollozar, no sé si de arrepentimiento, de busca de perdón o simplemente de puro goce. Pero de alguna forma aplacó mis “malos pensamientos” que buscaban expiar su falta.
    
    Después de pasado ese “instante”, Maite afirmándose de mi pecho, miraba a algún punto en el infinito, algo así como si estuviese en trance, era como si me mirara, pero no me viera. Con su mirada perdida ¿¡quizás dónde!?, comenzó a boquear y gemir más fuerte… su coño me estrujaba la verga… Conociéndola como la conozco, sabía que estaba a punto de correrse... sus espasmos y movimientos me llevaban al orgasmo a mí también… Todo iba cada vez más rápido, más intenso, más desaforado… finalmente me estaba corriendo con ella.
    
    Sus lágrimas dieron paso a una dulce sonrisa y milagrosamente mi pena y rabia estaban en el olvido, mi furia se había aplacado y si bien mi corazón estaba a punto de estallar, no era por esos malos sentimientos, si no que de pasión, hasta que no pude más y en un último envión, sentí una increíble descarga de placer por todo mi cuerpo y empecé a correrme en mi amada Maite.
    
    Pude notar sus intensas ...
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