1. Mi esposa y la Pandemia. Capítulo 3


    Fecha: 27/09/2019, Categorías: Grandes Series, Autor: claudiomarried, Fuente: TodoRelatos

    Capítulo 3: Rompiendo el nuevo trato de un nuevo trato, si es que esto se puede entender.
    
    El miércoles, me fui de la casa de mi hermano al trabajo, claro que con algo de resaca. Pero en la medida que avanzaba en el trabajo se me pasó, y mis actividades con respecto a la nueva fábrica avanzaron bien. Aún con mi mente en lo que me pasó con Maite, una hora antes de regresar a casa me tomé un tiempo o descanso, para contestar las preguntas que planteó mi hermano:
    
    ¿Me siento amado por Maite?: Sí, incluso ahora que estamos enojados.
    
    ¿Me sentí excluido por todo lo ocurrido?: Sí, de todo lo ocurrido, el no saber qué es lo que planeó Maite, fue lo que más me enfureció, es más, su confesión me impactó pero no me enfureció, incluso me apenó.
    
    ¿Puedo perdonarla por el engaño? Sí, me ha costado asimilar su confesión, pero la respuesta es sí, somos almas gemelas.
    
    ¿Eres capaz de soportar que ella tenga sexo con Jolene?: Sí, siempre que me incluya. Esto de los tríos es como “el sueño del pibe”, jajaja. Fuera de bromas, acepto que incluya a una chica, por algo que es parte de su naturaleza, siempre que me incluya.
    
    ¿¿Cuál es tu límite?: Que no me mienta nunca más y que la chica no sea mi rival directa por su amor y por último que nunca exista un chico.
    
    Durante el trayecto de regreso repasé mis respuestas y creo que eran “a firme”. Después de aparcar el coche, subí a mi piso decidido a hablar con ella y expresarle mis límites. Entré a casa ya más tranquilo, con todo pensado y aceptando que mi Maite tenía su “lado B”, pero según lo confesado yo era su hombre… dejé mi bolso y llaves en la mesita de la entrada… miré a la sala y veo a mi Maite, parada junto al sofá, vestida como ama de casa de los años cincuenta con un vestido “polka dot” blanco con circulitos negros, y medias de encaje, estaba para derretirse, complementado su atuendo estaba peinada y maquillada ad-hoc, parecía una de las famosas chicas pin up (perdón por los anglicismos) o modelos vintage.
    
    No sé qué me pasó realmente, pero mi deseo me asaltó con furia, por lo que después de que Maite me saludara con un hola corazón y un coqueto beso al aire tipo Marilyn Monroe, me olvidé de todo lo que tenía que decir y fui a por ella, la abracé apretado y nos morreamos con inusitada pasión. Mi sensación y sentimientos eran como antes, por algún motivo, el pesar por la dura revelación que había tenido de su lesbianismo, lo bien meditado que le iba a decir; el engaño, había quedado en un segundo plano… Yo solo pensé que era su hombre, su macho y eso me debía bastar.
    
    La acaricié por sobre sus ropas, noté como sus pezones se endurecían ante mis caricias en sus apetecibles ubres, contenidas solo por su sensual vestido, muy distintas a las que tenía cuando recién la conocí. Apenas la abracé noté que no llevaba sujetador. Por su parte, ella hacía lo propio conmigo… sus atribuladas manos se paseaban por mi espalda y culo, alentándome a que me restregara a su candente pubis… nuestra calentura era ...
«1234...18»