1. Mi odiosa madrastra (3)


    Fecha: 13/09/2024, Categorías: Incesto Autor: Gabriel B, Fuente: TodoRelatos

    ... de la última vez que sentía esa imperiosa necesidad de eyacular. Deduje que pronto tampoco me alcanzaría con estas prácticas onanísticas, sino que necesitaría sentir el calor de una mujer nuevamente. Pero con el COVID19 todo resultaba más complicado.
    
    Entonces Nadia golpeó la puerta.
    
    —Puta madre —largué en voz alta, sin darme cuenta.
    
    Recordando la vez que entró a la habitación sin siquiera tocar, me levanté rápidamente el cierre del pantalón y encerré a mi gusano.
    
    —¿Puedo pasar? —preguntó Nadia, al otro lado de la puerta.
    
    Me senté en el borde de la cama, y me cubrí la erección con la remera.
    
    —Qué querés —dije, con sequedad, con la esperanza de que me lo dijera sin entrar.
    
    Sin embargo, mis palabras fueron tomadas como una autorización. Nadia entró a mi cuarto.
    
    —¿Me harías un favor? ¿Me sacarías unas fotos? —pidió.
    
    —¿Y por qué no te sacás unas selfis y ya? —le pregunté.
    
    —No seas malo, quiero hacerme algunas que no me puedo sacar sola. Además… No veo que estés muy ocupado. ¡Dale, vamos!
    
    No encontré una excusa para no hacerlo. Además, esto de intercambiar favores hasta el momento iba bien. Me funcionó con lo de la comida. Quizás después de esto ella se consideraría en deuda conmigo. Por suerte, tras su intromisión, la erección había disminuido considerablemente. Aunque no había desaparecido del todo. La seguí, pero ella se perdió en su habitación. Unos minutos después salió.
    
    —¿Por qué carajos te pusiste eso? —le pregunté.
    
    Su vestimenta consistía en una camiseta de fútbol de la selección argentina. De la cintura para abajo no llevaba nada, salvo una diminuta tanga.
    
    —Bueno, en estos tiempos más que nunca tenemos que estar unidos, y el patriotismo tiene mucho que ver con eso —dijo, totalmente convencida de sus palabras—. Ese es el mensaje que quiero transmitir.
    
    —¿Y es necesario mostrar el culo para eso? —pregunté.
    
    —Eso es sólo el medio para el fin, Leoncito. Si no estuviera en tanga, no tendría ni la décima parte de vistas. Creeme.
    
    Claro que le creía. Lo que no creía era que una chica con el culo escultural como ella podría enviar un buen mensaje en relación con la pandemia, y que además sirviera de algo. Sabía que tenía miles de seguidores en las redes sociales. Incluso conseguía muchas cosas de canje, sin tener que desembolsar un peso. Pero la mayoría de sus admiradores eran tipos con sobrepeso y trabajos mediocres, que se masturbaban pensando en mujeres como ella. Como dicen, no tenía prueba de eso, pero tampoco tenía dudas.
    
    —Vení, vamos a la terraza —dijo.
    
    Salimos a la hermosa tarde. El sol estaba radiante. Era difícil recordar que ya estábamos en el primer día de otoño. Nadia se apoyó en la barandilla de la terraza. Dio vuelta el rostro y sonrió, arreglándoselas para que su famoso orto también saliera. Le saqué una foto con el celular.
    
    —Desde abajo —dijo. Yo no entendí a qué se refería, por lo que me aclaró—: ponete en cuclillas para sacarme la foto. Dale.
    
    Se levantó una rica brisa. El ...