1. Todo cuenta


    Fecha: 13/09/2024, Categorías: Gays Autor: falocrata1, Fuente: TodoRelatos

    ... Sentía cada centímetro de su torso sobre mi espalda, desde los hombros hasta el miembro que se me clavaba con fantásticos efectos. Tenía el culo abierto a su completa merced y lo revisitaba cada vez que caía sobre mis nalgas. Yo ahogaba mis gemidos contra las sábanas, temeroso de que su sonido pudiera superar al de la música que todavía zumbaba por la habitación. Él tenía el mismo problema, ya que cada pocas acometidas soltaba un gruñido gutural y expiraba fuertes cantidades de aire por la nariz. Por alguna razón mantenía la respiración todo lo que podía y solo tomaba grandes bocanadas de oxígeno cuando no aguantaba más. Por ello, iba a diferentes ritmos: una gran velocidad cuando recuperaba el aliento que se iba ralentizando hasta que se detenía para respirar de nuevo, y luego volvía a la acción. Creo que fueron una quince o veinte breves series, tras la cual se derrumbó a un lado, resollando. No era suficiente, yo quería más, y su virilidad también.
    
    Me acerqué a él con aire juguetón, con ganas de más. Su bello rostro, con su cabello revuelto, me observó con una sonrisa cansada. Rodeando sus caderas con mis piernas, me senté encima de él, sin aprisionarle con mi peso.
    
    -Ahora eres mío...-susurré.
    
    Ahora que lo pienso, era un gran cambio el que se produjo en mí. Desde el chico tímido que no se atrevía a dirigirle la palabra al chaval desnudo y sobreexcitado que solo pensaba en follar. Y no esperé a que David manifestara su conformidad, pues el brillo de sus ojos me indicaba que, a pesar de estar al borde del desfallecimiento, no había llegado a su culmen. Con un poco de saliva volví a lubricar y, sin apartar la mirada de sus preciosos y exóticos rasgos asiáticos, descendí en su busca. Entró con la suavidad de una espada que regresa a su vaina. La punta se introdujo por la fuerza de la gravedad de mi cuerpo y su gratificante influencia me llenó una vez más. Buscando su esencia me moví en un vaivén acompasado, acompañado de las manos de David sobre mis caderas, al tiempo que sacudía mi propio miembro en busca del máximo regocijo carnal que pudiera hallar. Y no dejé de mirarle, en ningún momento, como si temiera que se fuera a desvanecer, como un delicioso sueño que desaparece tan pronto como suena el despertador. Solo a veces la retiraba, para mirar hacia arriba en un gozoso espasmo cuando su miembro rozaba alguna fibra especialmente sensible que enviaba escalofríos extáticos a todo mi cuerpo.
    
    -Me quedaría así para siempre...-susurré en algún momento.
    
    Su respuesta fue una sonrisa. Inocente y traviesa al mismo tiempo, como solo un amante en plena satisfacción sexual te puede dedicar. Me llenó del orgullo por la culminación de mis deseos más profundos. Poco después, algo se agitó en mi interior y mi simiente salió disparada, salpicando en varias direcciones. Buena parte se perdió en varios rincones de mi cuarto
    
    La inyección de placer me arrebató todas las fuerzas y caí derrotado a un lado. David se recostó a mi lado, muy pegado, y se ...
«12...6789»