Todo cuenta
Fecha: 13/09/2024,
Categorías:
Gays
Autor: falocrata1, Fuente: TodoRelatos
... ¿verdad?-aventuré.
-¿Molestarme? Me encanta. Eres el primero.
Le miré, extrañado.
-Todos creen que soy hetero y atraigo a muchas chicas. Pero ellas no me interesan en absoluto.
Su voz se apagó lentamente, como si esas cosas lo exasperasen. Bajé la mirada y levanté la mano para rozar la suya. Sus dedos acariciaron los míos, tímidamente, como si no se atreviera a ir más lejos. Hubo un momento de silencio.
-Esta tarde habíamos quedado para continuar con el trabajo...-musité, sin saber qué decir.
-Lo sé. Allí estaré.
La conversación murió sin nada más que añadir. Estábamos en una institución académica y, como tal, nuestros estudios debían prevalecer entre esas paredes. Nos separamos para el recreo y no nos vimos de nuevo hasta la vuelta al aula.
Por la tarde, a la hora acordada, David apareció en la puerta de mi casa para proseguir con el trabajo que apenas avanzaba. La tensión del día anterior se había desvanecido y trabajamos de manera más fluida, sin interrupciones ni discusiones, con la música como ayuda. Sin embargo, todavía estábamos atascados y difícilmente avanzábamos. Había un problema clave que se nos cruzaba y no sabíamos cómo resolver. Y, con el paso del tiempo y la falta de ideas, el tedio no tardó en llegar. Mientras me devanaba los sesos tratando de buscar la respuesta, David pasó la mano por mi pierna, acercándose a zonas privativas de manera progresiva.
-¿Qué haces?
-Todavía no me quito de la cabeza la idea de que estés enamorado de mí.
-Tenemos que trabajar...-musité, mientras me reclinaba hacia delante a modo de protección.
-De nada servirá si no podemos avanzar. Podemos tomarnos un descanso... Si quieres.
Parecía no importarle la polémica de ayer. Pero me debatía entre él y el trabajo. El placer frente al deber
-No nos conviene ese tipo de descanso.
-¿Por qué no? ¿Ya no soy tu crush?
Me lo dijo con cierta sorna. Todavía lo era, y lo es, pero en ese momento todavía no me encontraba cómodo. La revelación del día anterior todavía me preocupaba.
-No es eso... Es que...
-No pasa nada-repuso él-. Ha sido una idea estúpida. Perdóname.
Volvió a su posición anterior, a centrarse en la pantalla del ordenador. Algo me reconcomió por dentro. Sentía que estaba metiendo la pata. ¡Era la gran oportunidad de mi vida y la estaba desperdiciando! ¿Pero acaso debía? Él estaba dispuesto, así que yo... Se acabó el tiempo de pensar. Había que actuar.
Mi reacción fue súbita, sin pensar. Lancé un beso, directo a la mejilla de David, pero este se giró bruscamente, por puro reflejo. Sus labios chocaron con los míos. Me aparté de repente, cohibido. David, sin embargo, parecía entre sorprendido y congraciado y se arrimó, en busca de más. Acudí a su encuentro. Por un fugaz instante pensé que soñaba, pero era real: la lengua del chico al que más adoraba se introducía entre mis dientes y se tocaba con la mía. No podía creérmelo. Tuve que tocar su cuerpo, por encima de la tela, para constatar que no era ...