1. Años 70. Vacaciones en Alemania parte III


    Fecha: 13/09/2024, Categorías: Hetero Autor: Galleyslave, Fuente: TodoRelatos

    ... lengua por la vagina todo lo que pude y me puse a jugar con ella contra sus paredes. Me encantaba ese sabor saladito, pero mucho más su olor, que se incrementaba según iba excitándose. Ella empezó a meterse mi pene en la boca, chupando y pasando la lengua por el glande y luego metiéndosela hasta casi los huevos. Yo fui hacia el clítoris y empecé a succionarlo y mientras le metía un dedo por la vagina. Así estuvimos un rato.
    
    - Jorge a mí me gusta mucho si consigues encontrarme el punto G.
    
    - Was? (¿qué?) - contesté
    
    - Me lo dijo mi madre, lo probé yo sola y me gustó. El punto G, que se llama así por el alemán que lo encontró, un tal Gräfenberg, está en la pared de delante dentro de la vagina como a un dedo estirado. Pon los dedos con las yemas hacia abajo y restriégame esa parte. Me gusta cómo se siente cuando me tocan en el punto G.
    
    - Lo intentaré - dije y seguimos. Yo le tocaba toda la parte interna frontal de la vagina, buscando como loco el dichoso punto, aunque sin descuidar los lametones sobre el clítoris.
    
    Tenía también a la vista su culito. Como no sabía si iba a localizar el puntito, me mojé el dedo de la otra mano con sus flujos y le empecé a acariciar el culo, mojando el dedo de vez en cuando y metiéndoselo cada vez un poco más. Ella seguía pasando la lengua y los labios por el glande y subiendo y bajando la mano por todo el pene. Me estaba encantando. Al cabo de unos minutos debí pasar cerca del puntito dichoso, porque pego un respingo y suspiró profundamente.
    
    Me concentré en la parte de la pared vaginal por donde acababa de pasar, tratando también de recordar la posición para futuras situaciones semejantes e intensifiqué todos los movimientos, de la lengua y de los dedos, los dos de la vagina, que se movían entrando y saliendo, rozando la zona sensible detectada, así como el que entraba y salía de su culito. Empezó a correrse con grandes espasmos y moviendo el culo de un lado a otro. Era difícil seguir su clítoris, que había crecido mucho. Luego pegó un pequeño grito, pegó el coño contra la cara y empezó a soltar flujo en grandes cantidades, que fui bebiendo dentro de mis posibilidades. Así estuvo medio minuto soltando.
    
    Al terminar se dio la vuelta, se colocó el pene en la entrada de su vagina y dejándose caer, se la metió completamente, empezando de nuevo a frotar su coño contra la base de la polla, estrujándola con los músculos interiores, notando yo como se movía dentro de ella como un badajo dentro de una campana. No tardé en llegar, llenándola de esperma. Se tumbó sobre mí y nos dimos un beso largo. Tomó una toalla para limpiarme a mí y sus bragas rojas para limpiarse ella. Luego se puso la camiseta ancha de antes y unas bragas rosas limpias. Me ofreció las bragas con las que se había limpiado con una sonrisa y mordiéndose el labio. La tomé, las olí, y se las devolví, diciendo que prefería las anteriores; estas me olían más a mi semen y yo prefería las otras por el olor a ella.
    
    - Estas te las dejo a ti para ...
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