1. La Quesona y el Viejo Albañil.


    Fecha: 27/09/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Male BD, Fuente: TodoRelatos

    ... él.
    
    Elpidio: -Es neta maría Elena, que poca la de tu bato.
    
    Yo: -Puedes llamarme Male.
    
    Elpidio:- Bueno Male, estas que te caes de buena muchacha ¿en que anda pensado ese cabrón?
    
    Decía todo eso con un tono de borracho algo gracioso, pues parecía que no, pero en realidad me estaba tirando la onda con todo.
    
    Y yo por supuesto aprovechaba cualquier excusa, como el ofrecerle algo de comer o beber, solo para pararme y pasearme de la cocina a la sala donde estaba don Elpidio para que me viera en mini falda y tacones, y así seducirlo pues eso era justo lo que él hacía, ver mis piernas que tanto le gustaban.
    
    En una de esas unas horas antes del anochecer cuando el sol de la tarde estaba al máximo, me pregunto por la sorpresa que le había mencionado en el mensaje, cosa que me emociono y asusto al mismo tiempo, dado que era justo como me lo había imaginado a lo largo de aquellos últimos días en mi cabeza, pues de todas formas se lo iba a mencionar, pero el hecho de que él lo hiciera fue algo muy cachondo que me calentó enseguida.
    
    Le pregunte que era lo que se imaginaba, a lo que respondió bromeando que se imaginaba un buen fajo de billetes que le ayudaran para completar su viaje y estadía en Oaxaca mientras conseguía nueva chamba ahí.
    
    Nos reímos bromeamos un poco más le ofrecí una cerveza mientras esperaba y le dije que en breve le daría su regalo de despedida, pero que no se moviera del mueble, a lo que obedeció, pues aún y con todo el alcohol seguramente ya se imaginaba de lo que se trataría.
    
    Rápidamente fui al baño, me cambié, me puse una blusita ombliguera color blanco con detalles de encaje muy sexy de manera que las mangas permitían que quedaran descubiertos mis hombros y parte de mis pechos como a manera de escote, y claro está que se veía mi abdomen sensual bien marcado.
    
    Luego me quite la ropa interior de bajo y me coloque un pareo del mismo color que el de la blusita, como si de una falda se tratara en donde mi pierna derecha sobresalía, y finalmente me puse mis tacones tipo sandalias favoritos color blanco para hacer juego con el color, me maquille mucho mejor y ¡Ualá!, lista para mi gran debut.
    
    Me asome sigilosamente en un lado de la pared de la cocina que a su vez estaba conectada al baño, y desde ahí podía verlo sentado en el sillón de papá en la sala, ahora bebiendo tequila, pues mientras yo me estaba cambiando, él había abierto una botella mientras que yo sentía un mar de nervios, pero les puedo asegurar que estaba más caliente que nerviosa.
    
    En eso me arme de valor y le pedí desde “las sombras” desde donde estaba que cerrara los ojos, cosa que no quería hacer, se reía y gritaba estupideces, a lo que se me ocurrió ponerme la bata blanca que usaba después de bañarme y salir cubierta, por lo que me puse justo frente al sillón en el cual estaba sentado muy plácidamente, y le pedí de nueva cuenta que cerrara los ojos, pues si no, no habría sorpresa, a lo que me comenzó a chiflar y a gritar que me quitara la ropa ...
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