1. La Quesona y el Viejo Albañil.


    Fecha: 27/09/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Male BD, Fuente: TodoRelatos

    Hola mi nombre es María Elena y tengo 24 años de edad, soy de Mérida México, mido 1:65, soy de tez blanca, cabello castaño y no es por presumir, pero estoy guapa y tengo un buen cuerpo ya que iba muy seguido al GYM, vivo con mis dos padres, estudio en una buena universidad y tengo un buen nivel socioeconómico, les comento esto nada más para que se den una idea.
    
    Lo que les estoy a punto de contar es algo que me paso hace algún tiempo, no mucho en realidad, pero aun así quiero contarlo.
    
    En esa época mi papá fue contactado por uno de sus “según él” mejores amigos el cual era un albañil con el que se llevaba mucho llamado Elpidio, el cual conoció hace años en una ocasión en la que mi papá realizó un trabajo en Maxcanú, ya que en esa época trabajaba para una empresa constructora diferente a la actual para la que trabaja, ya que mi papá es ingeniero.
    
    El tal Elpidio le contó a mi papá que recientemente se acababa de divorciar de su esposa, y como vivía en la casa de su suegra con su mujer y sus hijos lo estaban sacando prácticamente, por lo que planeaba viajar a Mérida, para quedarse en casa de uno de sus hermanos que vivía ahí desde hace años, sin embargo, este no tenía trabajo y quería saber si mi papá podría conseguirle uno en la empresa donde trabajaba, por mientras.
    
    Sin embargo, optó por darle trabajo en nuestra casa ya que hacía años que él quería remodelar el último cuarto que es de huéspedes, el cual se encuentra en el patio cerca de nuestra piscina, pues por falta de mantenimiento aquella habitación se estaba deteriorando poco a poco, de hecho, las paredes tenían moho y había muchas filtraciones de agua en el techo cuando llovía, pero como nadie ocupaba esa habitación se le paso hacerse cargo de ello.
    
    Mi madre no estaba de acuerdo con esto, pues decía que quién sabe que mañas traía una persona fuereña, que mejor contratara a trabajadores de la constructora en la que trabajaba, sin embargo, mi papá no hizo caso.
    
    Unos días más tarde Elpidio llego, era un hombre medio gordito, con panza, no era alto, era muy moreno, y con cabello negro con algunas canas, tenía 56 años y yo tenía en aquella época 18 años, al principio nos saludó a todos de forma tímida, pero en cuanto comenzó a platicar con mi papá lo tímido se le paso, pues me di cuenta de que era un señor muy chusco y cómico.
    
    En general todos nos llevábamos con Elpidio, pues con el pasar del tiempo hasta mi madre le comenzó a agradar hasta cierto punto, y en repetidas ocasiones yo misma me ponía a platicar con él, pues a veces me contaba de sus hijos, ya que tenía cinco de ellos, el más grande se mudó a Chiapas con su novia desde hace años, y la más pequeña era una chica que estaba a punto terminar la preparatoria trunca.
    
    Los días pasaban y Elpidio continuaba, juntando y utilizando el material que mi papá le llevaba para remodelar aquel cuarto según las indicaciones.
    
    En una ocasión don Elpidio dijo necesitar un celular, ya que el que tenía fallaba con mucha frecuencia ...
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