La Quesona y el Viejo Albañil. - Relatos Eróticos

La Quesona y el Viejo Albañil.

... en la casa, y yo francamente quería que siguiera ahí.

Así que un día me llamo mientras estaba yo en la cocina desde la puerta corrediza que daba al patio, cuando Salí me pregunto acerca del teléfono ya que según él no podía accesar al WhatsApp, ya que la aplicación se atoraba al iniciarla, por lo que le expliqué que lo único que debía hacer en ese caso era simplemente reiniciar el teléfono, por lo que procedí a hacerlo, en eso mi padre lo llamo desde la casa, y Elpidio fue corriendo hasta donde él estaba.

Así que, una vez reiniciado el teléfono, abrí la aplicación para verificar que esta funcionase bien, y en efecto, así era, sin embargo, cuando la aplicación se abrió vi una serie de mensajes que me sorprendieron, los cuales estaban contenidos dentro de un grupo WhatsApp, en dichos mensajes habían todo tipo de comentarios sucios y sumamente groseros respecto a mí, ya que en varios mensajes Elpidio se refería a mi nombre por medio de un apodo bastante degradante para una mujer, al menos así es en la región en la que yo vivo, y por supuesto en seguida supe porque.

Me llamaba ”la quesona”, seguramente a los que estén leyendo este relato les resultara confuso este supuesto sobrenombre, como si estuviera hablando en clave acerca de mí sin sentido aparente en caso de que lo descubrirán o algo así, pero déjenme decirles que supuse que me llamaba así por mí vagina, debido a que de manera vulgar en mi estado se le dice queso a la vagina, por lo que ese sobrenombre hacía referencia a las fantasías que seguramente tenía acerca de mi vagina, mientras seguía hablando de lo rico que se veía mi culo, de las muchas ganas que quería comerse el Queso[vagina] de la hija de su amigo y actual patrón, así como de otras vulgaridades más, yo me iba excitando, y en esa ocasión aclare mis sospechas cerca de lo mucho que se sentía atraído por mí.

La conversación aún seguía, pues los mensajes continuaban llegando, dado que también había subido fotos de mí, pero recortadas, para enfatizar mi culo, eran fotos que juro que en ningún momento me percate de cómo ni cuándo me las tomo , pues se podía ver que me las tomo a la distancia, mientras caminaba o daba la espalda.

Para ser un tipo que siempre tenía dudas acerca de las funciones básicas del celular sí que sabía usarlo para esas cosas.

Era la última semana en la que Elpidio estaría y me sentía un poco frustrada, pues pronto se iría a Oaxaca ya que uno de sus amigos trabajaba ahí, y le consiguió trabajo según él, y yo seguía fantaseando en varias ocasiones mientras me masturbaba de noche en mi habitación pensando en él, inventando un montón de escenarios en donde Elpidio me hacia su puta.

Pero lo que no sabía era que, durante esa semana, o más bien para ser exactos ese fin de semana, era donde se decidiría todo, y era algo que averiguaría con el pasar de los días, debido a que mis padres estaban a punto de celebrar su aniversario y por tal motivo decidieron ponerse de acuerdo para ir a un viaje ellos ...