1. Lidia y Rosa, las hijas de mi mujer, y mi ahijada


    Fecha: 28/08/2024, Categorías: Incesto Autor: Quique, Fuente: TodoRelatos

    ... Deja que vea tus tetas.
    
    Como no me hizo caso le quité yo los brazos de las tetas. Elsa se quedó con la cabeza baja mirando a la alfombra. Lo próximo que hice fue echarle las manos a su tanga negra y bajársela. Elsa puso las manos en el coño para que no se lo viera. La giré y al ver su culo, le dije:
    
    -Tienes un culo celestial.
    
    Le acaricié las piernas con las dos manos y luego le separé las nalgas para ver su ojete.
    
    -Tu culito aún es virgen.
    
    Le lamí y le follé el ojete unas cuantas veces y después le volví a dar la vuelta.
    
    -Siéntate.
    
    Se sentó y volvió a encoger las piernas y a tapar las tetas con los brazos.
    
    -Abre las piernas.
    
    -No las voy a abrir.
    
    Le eché las manos a las rodillas y se las abrí yo, un segundo, ya que las volvió a cerrar. Estuvimos forcejeando un breve espacio de tiempo... Al final las dejó abiertas. Lamí despacito y con la punta de la lengua desde el periné hasta el clítoris. Al principio, no, pero cuando ya iban unos cuantos viajes, sus piernas se abrieron de par en par y empezó a respirar más fuerte. En ese momento le metí y le saqué la lengua de la vagina. Su pelvis subió y bajó y su respiración se aceleró más. Volví a lamer desde el periné hasta el clítoris, con lentitud, pero con la lengua plana. Su cuerpo ya se arqueó, sus piernas se abrieron y se cerraron, su pelvis subió y bajó cada vez más aprisa y comenzó a gemir. Lamí aprisa, y pasados unos segundos, su pelvis dio varios latigazos, su cuerpo se arqueó y se corrió como una campeona.
    
    Luego de limpiarle con la lengua la corrida del coño, le dije:
    
    -Ponte a cuatro patas.
    
    -Se lo enseñaría todo.
    
    -Ya te lo he visto todo.
    
    -¿Por qué por detrás?
    
    -Para volver a comer tu culito virgen y porque me pone más.
    
    Se puso a cuatro patas. Me arrodillé detrás de ella y lamí desde el coño hasta el ojete. Después de lamerlo le metía y le sacaba la lengua de él y volvía a empezar. Así estuve unos dos o tres minutos, luego le metí dos dedos de mi mano derecha en los dos orificios, o sea, en el ojete y en el coño, y masturbándola con ellos, le lamí la espalda, al tiempo que magreaba sus tetas con la otra mano. Su respiración se volvió a acelerar y al rato comenzó a gemir y tras los gemidos llegó un espectacular orgasmo que le hizo temblar todo el cuerpo.
    
    Luego de correrse hice que se sentara y me senté a su lado, le giré la cabeza con una mano y le di un pico. Su boca se entreabrió y su lengua salió tímidamente de ella, se la acaricié con la mía y luego nos besamos tiernamente. Después de besarnos, le dije:
    
    -Ponte de rodillas.
    
    Se puso de rodillas. Le metí dos dedos dentro de la vagina y la masturbé, al tiempo que lamía y chupaba sus tetas. Esta vez no se cortó. Comenzó a gemir desde el principio. Luego acarició mi cabello mientras le mamaba las tetas y me tiró de él cuando se corrió por mi mano abajo.
    
    Me desnudé mientras Elsa tiraba de la respiración.
    
    Al ver mi polla se quedó mirando para ella con cara de preocupación. Le ...
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