1. Lidia y Rosa, las hijas de mi mujer, y mi ahijada


    Fecha: 28/08/2024, Categorías: Incesto Autor: Quique, Fuente: TodoRelatos

    ... desnudo y con la polla flácida y colgando. Me ató las manos a la espalda con la cinta aislante, Luego me echó sobre la cama, hizo que flexionara las rodillas, me unió con la cinta los muslos y las pantorrillas y luego me puso el antifaz.
    
    -Pásale los vibradores por la polla, Lidia.
    
    Lidia encendió los diminutos vibradores y jugó con ellos por los lados de mi polla, que ya estaba media morcillona. Rosa escupió un par de veces en la cabeza del consolador y después me lo frotó en el ojete. Puse el grito en el cielo.
    
    -¡Ni se te ocurra violarme!
    
    Se le ocurrió. Me metió la cabeza del consolador dentro del culo.
    
    No me dolió, pero me revelé.
    
    -¡Me cago en tu sombra, Rosa!
    
    -No soy Rosa, soy la perra, la perra sacerdotisa.
    
    Lidia, mirando para mi polla casi erecta, intervino en el juego.
    
    -Y yo su ayudante. Cierra la boca o te la cierro yo.
    
    -¡Otra perra más!
    
    Lidia apagó los vibradores y me cerró la boca con un trozo de cinta aislante.
    
    Al rato, mientras el consolador iba entrando y saliendo de mi culo, la polla, tiesa como un palo, iba de un lado a otro y soltaba aguadilla sin parar. Lidia le dijo a Rosa:
    
    -Parece un maricón
    
    -Todos los hombres tienen algo de maricones.
    
    -No lo sabía.
    
    Rosa me quitó el consolador del culo y luego se acomodó entre mis piernas.
    
    -Te voy a violar otra vez.
    
    Se clavó la polla en el coño y me folló colocando las manos sobre mis rodillas para poder abrirlas y cerrarlas a su antojo.
    
    Lidia me quitó la cinta de la boca y me puso el coño en ella.
    
    -Yo también te voy a violar. Saca la lengua, Mateo.
    
    Me estaba encantando el juego.
    
    -¡Y una mierda voy a sacar la lengua, perra!
    
    Me puso el culo en la boca.
    
    -Si sacar mierda es lo que quieres ... -me apretó los pezones con fuerza-. Saca la lengua, Mateo, saca la lengua, que si no la sacas te arranco los pezones.
    
    Saqué la lengua y se la enterré en el culo. Lidia dejó que se la metiera y se la sacara un ratito, después me volvió a poner el coño en la boca y se frotó contra la lengua.
    
    Rosa se estaba matando viva. Me follaba como si no hubiera un mañana. El resultado fue que pasado un tiempo, le llené el coño de leche, ella me bañó la polla con una copiosa corrida, y Lidia, por no ser menos, se corrió en mi boca.
    
    Cuando me soltaron me puse serio, y me puse serio porque me había gustado todo lo que le habían hecho, y cuando digo todo, es todo. Y sentirme medio maricón, como que me molestaba. Vistiéndome, les dije:
    
    -Conmigo no contar para más juegos de esta clase.
    
    A Lidia no le importó. Había descubierto lo placentero que era el sexo lésbico.
    
    -Tú te lo pierdes.
    
    Rosa fue de sobrada..
    
    -Eso dices ahora, pero vas a querer más.
    
    -¿Más de qué?
    
    -Más de todo, Mateo, más de todo.
    
    No quiso, encontró algo más tranquilo.
    
    Elsa
    
    Elsa, la hija menor de mi hermano Paco, que era mi sobrina y ahijada, vino a mi taller para ver si le daba el trabajo que iba a dejar mi oficinista por motivos de salud. Ya se había ido el ...
«1...345...»