Se descubre una nueva ilusión 11 - Relatos Eróticos

Se descubre una nueva ilusión 11

... esclavo! –ordenó su Ama Ariadna. Mientras que las vecinas estaban delante mirándolo, para que lo vieran bien, humillado y denigrado, ya que ella pensó que como le gustaba la humillación pública esa era la mejor oportunidad que tenía.

–¡Zas! –Uno. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía el esclavo de dolor. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía el esclavo de placer. Muchas gracias mi Ama Ariadna.

–¡Zas! –Dos. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía el esclavo de dolor. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía el esclavo de placer. Muchas gracias mi Ama Ariadna.

–¡Zas! –Tres. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía el esclavo de dolor. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía el esclavo de placer. Muchas gracias mi Ama Ariadna.

–¡Zas! –Cuatro. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía el esclavo de dolor. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía el esclavo de placer. Muchas gracias mi Ama Ariadna.

–¡Zas! –Cinco. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía el esclavo de dolor. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía el esclavo de placer. Muchas gracias mi Ama Ariadna.

–¡Zas! –Seis. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía el esclavo de dolor. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía el esclavo de placer. Muchas gracias mi Ama Ariadna.

–¡Zas! –Siete. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía el esclavo de dolor. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía el esclavo de placer. Muchas gracias mi Ama Ariadna.

–¡Zas! –Ocho. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía el esclavo de dolor. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía el esclavo de placer. Muchas gracias mi Ama Ariadna.

–¡Zas! –Nueve. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía el esclavo de dolor. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía el esclavo de placer. Muchas gracias mi Ama Ariadna.

–¡Zas! –Diez. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía el esclavo de dolor. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía el esclavo de placer. Muchas gracias mi Ama Ariadna.

–¡Zas! –Once. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía el esclavo de dolor. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía el esclavo de placer. Muchas gracias mi Ama Ariadna.

–¡Zas! –Doce. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía el esclavo de dolor. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía el esclavo de placer. Muchas gracias mi Ama Ariadna.

–¡Zas! –Trece. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía el esclavo de dolor. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía el esclavo de placer. Muchas gracias mi Ama Ariadna.

–¡Zas! –Catorce. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía el esclavo de dolor. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía el esclavo de placer. Muchas gracias mi Ama Ariadna.

–¡Zas! –Quince. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía el esclavo de dolor. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía el esclavo de placer. Muchas gracias mi Ama Ariadna.

–¡Zas! –Dieciséis. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía el esclavo de dolor. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía el esclavo de placer. Muchas gracias mi Ama Ariadna.

–¡Zas! –Diecisiete. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía el esclavo de dolor. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía el esclavo de placer. Muchas gracias mi Ama Ariadna.

–¡Zas! –Dieciocho. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía el esclavo de dolor. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía el esclavo de placer. Muchas gracias mi Ama Ariadna.

–¡Zas! –Diecinueve. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía el esclavo de dolor. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía el esclavo de placer. Muchas gracias mi Ama Ariadna.

–¡Zas! –Veinte. –¡Aaah, aaah, ...