1. Se descubre una nueva ilusión 11


    Fecha: 24/09/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: piesitos, Fuente: TodoRelatos

    ... ordenado. –Me llamo Roberto, soy esclavo y perro blanco de mi Ama Ariadna, que vive en el séptimo piso. –dijo el esclavo. –Me ha ordenado que vaya a su casa, de esta manera. –dijo Roberto, siguiendo mirando a sus botas. –¡O sea que eres uno de esos tipos pervertidos que les gusta ser humillados, denigrados! –dijo Shara. –Son de esos que les gusta ser tratados como una mierda. –dijo Adah. –Si que hay gente rara por el mundo. –dijo Zemira. –Sin duda, hoy es el día más extraño de nuestras vidas. –dijo Helene. –Y con diferencia. –dijo Serah. –Yo tengo curiosidad por este tema. –dijo Shara, cogiendo la correa junto con las llaves. –¡Vamos, a llevar a este perro con su Ama Ariadna, tirándole de la correa! –dijo Shara. –Mira, se le ha puesto dura su polla. –dijo Serah. –Está echando liquido preseminal, este puto cerdo. –dijo Zemira. –Está cachondo a nuestra costa, este esclavo. –dijo Adah. –¡Respóndeme, esclavo! –ordenó Shara. –¿Se ha puesto dura con nosotras? –preguntó Shara. –Si, mi Ama Shara. –respondió el esclavo, besando sus botas nuevamente en señal de respeto, obediencia y sumisión. –¡Qué risa! –dijo Dinah. –Te ha llamado Ama. –dijo Zemira. Empezaron todas a reírse de él. Mientras que el esclavo comenzaba a lamer sus botas con su lengua, fijándose todas en él. Roberto, limpiaba las botas de su Ama Shara, empezándolas a gustarles verlo denigrando ante ellas, por lo que le ordenaron que las lamiera a todas, limpiando sus botas como un perro. –¿Te gusta lamer mis botas, esclavo? –preguntó Ama Serah. –Si, mi Ama Serah, me gusta lamerles sus botas. –respondió el esclavo.
    
    Sin embrago, todas seguían hablando cuando llegaron al séptimo piso. Ninguna de ellas, quiso bajarse en otra planta hasta saber como iba a terminar la situación. Todas ellas, salieron del ascensor para ir a tomar a la puerta de su vecina Ariadna. Ella, abrió la puerta encontrándose con sus vecinas. –Hola, chicas. –dijo Ariadna. –¿Qué queríais? –preguntó ella, ya que estaba esperando a su esclavo. –Nada, que te atraemos a tu perro. –dijo Shara, quitándose delante del perro. –Estaba perdido en el ascensor, y no sabía como llegar, así que te lo hemos traído. –dijo Serah. –Toma. –dijo Shara, entregándole la correa con sus llaves. –¿No os habrá molestado a ninguna? –preguntó Ariadna. –No para nada, nos ha sorprendido la verdad. –dijo Zemira. –Fue muy educado tu esclavo. –dijo Adah. –Nos limpió las botas, así que fue una experiencia novedosa. –dijo Dinah. –Veo que os ha ofendido un poco. –dijo Ariadna. –Estás empalmado, echando liquido preseminal ante mis vecinas, esclavo. –dijo Ama Ariadna, enfadada. –Lo siento, mi Ama Ariadna, acercándose para besar sus zapatillas de casa. Pero Ariadna se quito una de las zapatillas, cogiendo la correa con la otra se puso detrás, mientras tiraba de su cuello, arqueándole la espalda, para empezar a darle con la zapatilla en su culo, pegando un gemido de dolor. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía de dolor. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía de placer. –¡Empieza a contar, ...
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