1. Se descubre una nueva ilusión 11


    Fecha: 24/09/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: piesitos, Fuente: TodoRelatos

    La mujer de los perros 11
    
    Continuamos con la historia secundaria de Sonia, la madre de dos hijas que habían sido esclavizadas por Angela, junto con ella. Concretamente, en el relato de “Se descubre una nueva ilusión 1 y 2.” Se inicia esta parte para aquellos que no la recuerden. Pues como son historias secundarias que van conectando con la trama principal, depende del relato va, continuándose partes de otras historias paralelas, apareciendo otras y avanzando la trema principal. Luego se conecta la parte en la que Angela va al Club de Sexo, para intentar salvar a unas vecinas, llevándose ella una gran sorpresa de su vida, que cambiara todo para ella.
    
    Angela había salido a la calle con sus dos nuevas esclavas llamadas Clara y Lucía, que eran las hijas de su esclava Sonia, a la cual había sometido en el banco de un parque cercano. De esta manera, Sonia se había quedado sola en su casa, de rodillas abierta de piernas, sentada sobre sus plantas de sus pies y con las manos detrás de su cabeza, mientras ésta miraba al suelo. Esa era la última orden que le había dado su Ama Angela Negra. Angela, caminaba por la calle con ellas detrás muertas de miedo, coloradas de la vergüenza de ir desnudas, siendo llevadas con una correa como si fueran unas perras. La gente que se cruzaba con ellas, se les quedaban mirando de forma extraña hasta que llegaron al parque donde había sometido a su madre Sonia. –¡Mirad, esclavas de mierda! –dijo Ama Angela. –Aquí, convertí a vuestra madre en mi esclava como hice con vosotras en vuestra casa. –dijo Ama Angela. –Si ella no me hubiera visto con uno de mis esclavos en la calle, no me hubiera visto y seguido. Esto no la hubiera sucedido ni a vosotras, pero lo lleváis en la sangre, esclavas. –dijo Ama Angela. –Sois hijas de una esclava nata, así que ese sentimiento se pasa genéticamente a vosotras. –dijo Ama Angela.
    
    Angela sacó de su bolso una pelota, lanzándola a la tierra del parque, diciéndolas a sus esclavas. –¡Traédmela, esclavas! –ordenó Ama Angela. –Si mi Ama Angela. –dijeron ambas, pero ella les dijo. –¡Ahora sois perras blancas para mí, así que ladrad, esclavas! –ordenó Ama Angela. Tanto Clara como Lucía, ladraban mientras iban a por la pelota, cogiéndola con la boca. –¡Guau, guau, guau! –ladraban las perras. En esa ocasión, Clara llegó primero, trayéndola la pelota con su boca que la dejó en su palma de su mano. Mientras que Lucía venía con la cabeza mirando a sus pies. –Toma este es tu premio, esclava. Angela había sacado una bolsa de patatas mientras ellas iban a traerla la pelota. De forma que ella estaba masticando comida para escupirla al suelo delante de su esclava Clara. –Ésta, no necesitó ninguna orden, se lo comió, lamiendo el suelo. Mientras que a Lucía le dio un fustazo en el culo, mientras ella gemía de dolor. Nuevamente, Angela, lanzó la pelota a la arena, pero esta vez se la trajo Lucía que se la dejó en su palma de su mano para poco después escupir en el suelo comida que Lucía comió, lamiendo el ...
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