Se descubre una nueva ilusión 11 - Relatos Eróticos

Se descubre una nueva ilusión 11

... de su aspirante nueva Ama Nayib, excitándose con la visión de ser su esclavo, ya que ser esclavo de una Ama árabe resultaba ser una nueva experiencia. Él se debatía en pensar en todos sus razonamientos sobre cómo alcanzar el mayor placer posible. Se dio cuenta que era iba a ser una Ama muy posesiva, que lo iba a denigrar hasta límites insospechados. Desde luego, no tenía ningún acuerdo ni con sus Amas vecinas ni con su Ama Ariadna. –¿Quizás era posible que le gustara su polla al verla? –se preguntó él. Si polla descomunal seducía a todas las mujeres, haciéndolas sus esclavas, pero y si a todas las Amas las trae con igual intensidad. Sin duda alguna, cuando llegue se lo dirá a su Ama Ariadna, para no engañarla, ya que era su compañera de trabajo, y quería darla una primera buena impresión como su esclavo. hasta que llegó a la parcela del bloque donde vivía su Ama Ariadna. Además, llevaba el vibrador más grande dentro de su culo, excitándose y mojando el asiento del coche junto con el suelo. Ahora, le resultaba excitante y morboso que una Ama le manchara los asientos meándose en ellos, cuando antes le preocupaba que se los mancharan.

–¡Vaya, cambios que da la vida! –dijo Roberto. Roberto, lo estuvo meditando detenidamente diciéndose a sí mismo. –Soy Tobi como esclavo de mi Ama Angela. –dijo Roberto. –Para mis Amas Natalia, Carmen y Mónica, tienen que ponerme otro nombre como su esclavo o dejarme mi nombre de Roberto como esclavo. –dijo él. –Y Como esclavo de mi Ama Ariadna, el que ella me ponga al igual que mi Ama Nayib, si acepto ser su esclavo, que ella elija mi nombre. –dijo Roberto. Llegó en poco tiempo a la casa de su Ama Ariadna, metiendo el coche en el parking, para salir del coche desnudo de rodillas a cuatro patas como un perro, para llegar a la puerta del ascensor, dándole al botón entró dentro de él, llevando sus llaves junto con el extremo de su correa, por donde se coge. Roberto tomó el ascensor desde el -4, pero durante la subida hacía la planta de su Ama Ariadna, el ascensor se paró en la planta -2, subiéndose tres chicas, que volvía a casa, dejando su coche en el garaje del bloque, donde vivían. Las chicas entraron, fijándose en un hombre desnudo de rodillas, estando a cuatro patas con un collar de perro y con su correa, que éste sostenía en boca. –¡Ahí va la virgen! –dijo Zemira. –¿Quién eres tú? –pregunto Adah, fijándose detenidamente, y poniéndose delante del esclavo. –No, te responde, no ves que unas llaves y el mango de la correa en la boca. –dijo Shara. –Será un pervertido de esos que hay por ahí. –dijo Dinah. –¿Qué eres tonto o te lo haces? –dijo Adah. –No hace más que mirar mis botas, este cerdo. –dijo Zemira. –¡Venga, dame la correa junto con las llaves! –ordenó Shara, poniendo su mano debajo de su boca, para que Roberto se las dejara. –Ahora, cuéntanos que haces así. –ordenó Shara.

Roberto hizo una reverencia, acercándose para besar sus botas junto con las de las demás. Entonces, comenzó a hablar como le habían ...