Se descubre una nueva ilusión 11 - Relatos Eróticos

Se descubre una nueva ilusión 11

... aaah! –gemía el esclavo de dolor. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía el esclavo de placer. Muchas gracias mi Ama Ariadna.

–¡Zas! –Veintiuno. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía el esclavo de dolor. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía el esclavo de placer. Muchas gracias mi Ama Ariadna.

–¡Zas! –Veintidós. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía el esclavo de dolor. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía el esclavo de placer. Muchas gracias mi Ama Ariadna.

–¡Zas! –Veintitrés. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía el esclavo de dolor. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía el esclavo de placer. Muchas gracias mi Ama Ariadna.

–¡Zas! –Veinticuatro. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía el esclavo de dolor. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía el esclavo de placer. Muchas gracias mi Ama Ariadna.

–¡Zas! –Veinticinco. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía el esclavo de dolor. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía el esclavo de placer. Muchas gracias mi Ama Ariadna.

El esclavo, jadeaba, pero no pudo soportarlo, corriéndose delante de todas ellas, teniendo espasmos debido a los azotes con la zapatilla y al consolador vibratorio que tenía metido en el culo. Su semen salía de forma automática como si fuese un grifo de un baño hasta que paró de eyacular, pero jadeando de placer y de gusto al ser sometido a tal nivel de humillación y denigración. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía el esclavo de dolor. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía el esclavo de placer. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía el esclavo de dolor. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía el esclavo de placer. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía el esclavo de dolor. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía el esclavo de placer. –¡Aaah, aaah, aaah! –gemía el esclavo de dolor. –¡Mmm, mmm, mmm! –gemía el esclavo de placer. –Se acaba de correrse sólo sin tocarse. –dijo Adah. –¡Ja, ja, ja! –reía ella. –¡Qué puto cerdo! –dijo Shara. –¡Verás la mujer de la limpieza! –dijo Dinah. –Se va enfadar mañana. –dijo Zemira. –¡Cuánta cantidad ha eyaculado! –dijo Serah. –No os preocupéis, que tengo la solución con respeto a este cerdo de mierda, mirando a su esclavo. –dijo Ama Ariadna, que fue a sacar varias sillas para colocarlas en circulo, mientras les dijo. –¡Sentaros a presenciar el espectáculo de mi esclavo Roberto! –dijo Ama Ariadna. Ella se descalzó, para pisar el semen, mientras les decía que lo repitieran como ella, así que se sentó en la silla, diciéndole. –Ya sabes lo que debes de hacer, esclavo. –dijo su Ama Ariadna, mientras el esclavo se acercaba comenzando a limpiarle sus pies sucios con semen. Todas las chicas se quedaban, riéndose y asombradas del nivel de denigración que podía soportar el esclavo de Ariadna.

Roberto, se ponía de rodillas con las piernas abierta y con sus manos detrás de su cabeza, mientras Ariadna, pasaba sus plantas de sus pies por su lengua, limpiándose los pies, para después lamérselos totalmente para dejárselos limpios. De esa manera, comenzaron a repetirlo nuevamente, una a una las demás chicas hasta que lamió sus pies, y les limpio sus sucios, y sudados pies de todo el día. Lo cierto, que sintieron mucho placer, así que Ariadna sacó un par de fustas, ...