1. Se descubre una nueva ilusión 11


    Fecha: 24/09/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: piesitos, Fuente: TodoRelatos

    ... –dijo Roberto. –Esas tres vecinas Ama Natalia, Ama Carmen, Ama Mónica, junto con Ama Angela, escupieron en la boca, tragándome su saliva, he lamido sus botas con sus pies, se mearon en mi boca y se cagaron. –dijo Roberto. –Luego, vinieron tres vecinas más que eran chicas de unos 20 años, que se mearon en mi boca y se cagaron también dentro. –dijo Roberto. –¡Madre mía, Dios bendito! –dijo Ariadna. –Me has dejado de piedra, Roberto. –Tú el concepto de privacidad e intimidad, no lo tienes pillado aún. –dijo Ariadna. –¿Qué pasó luego? –preguntó Ariadna. –Pero, no te enfades conmigo Ariadna. –dijo Roberto. –¿Qué no me enfade? –preguntó Ariadna. –Me sacas de mis casillas, Roberto. –dijo Ariadna. –Sígueme contando todo lo que hiciste. –dijo Ariadna. –Pues, me puso mi nombre de esclavo Tobi. –dijo Roberto. –Además, me fui como un perro desnudo con mis Amas Natalia, Carmen, Mónica, que estuvieron adiestrándome toda la noche y el día hasta hace un rato. –dijo Roberto. Ariadna, estaba escuchándolo todo durante todo ese tiempo, al principio, emocionada por lo que había hecho su compañero, pero luego enfadada, porque no había sucedido eso con ella. –Entonces, me han escupido en la boca, cara, meado en mi boca, cara, cuerpo, me han dado latigazos, con la fusta. –dijo Roberto. –¿Y no te han sodomizado, Roberto? –preguntó Ariadna. –No, sólo me metió mi Ama Angela, el vibrador suyo en el ano. –dijo Roberto.
    
    –Quiero sodomizarte, Roberto. –dijo Ariadna. –No te sentirás un verdadero esclavo y perro blanco hasta que no te sodomicen, Roberto. –dijo Ariadna. –Entiendo. –dijo Roberto. –¿Y tú lo harías Ariadna? –preguntó Ariadna. –Si, pero tendrás que ser mi esclavo para que te sodomice, Roberto. –¿Durante cuánto tiempo? –preguntó Roberto. –¿Ya te estás poniendo quisquilloso, Roberto? –preguntó Ariadna. –Haces todas esas cochinadas con mujeres que no conoces. –dijo Ariadna. –Y conmigo, te pone a poner peros, Roberto. –dijo Ariadna. –No, es eso, Ariadna. –¿Con ellas, has dicho algo? –preguntó Ariadna. –No, Ariadna. –dijo Roberto. –Ellas, mandan en todo y yo las obedezco como su esclavo. –dijo Roberto. –Pues, lo mismo conmigo, Roberto. –dijo Ariadna. –Vale, acepto ser tu esclavo Ariadna. –dijo Roberto. –¡Muy bien, esclavo! –dijo Ariadna. –Quiero que te pongas un collar con una plaquita con tu nombre de esclavo, que te han puesto, y por el otro, pones mi nombre Ariadna. –ordenó Ama Ariadna. –Quiero que te pongas unas anillas, con una cadena engancha en ellas junto con otras anillas en las partes, unas pulseras con unos brazaletes en el lado izquierdo, esclavo. –ordenó Ama Ariadna. –Si, mi Ama Ariadna. –respondió el esclavo Tobi. –No te he dado permiso para hablar, esclavo. –dijo su Ama Ariadna. –Bien, callado, estás mas guapo, esclavo. –dijo su Ama Ariadna. –Quiero que salgas de tu casa de rodillas con todo eso puesto con las llaves de tu coche en tu boca, esclavo. –Y te vienes a mí, casa. –ordenó Ama Ariadna. –Te quiero en unos veinte minutos en mi puerta, llamas a mi ...
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