1. Se descubre una nueva ilusión 11


    Fecha: 24/09/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: piesitos, Fuente: TodoRelatos

    ... –dijo Roberto. –Y no te pudiste resistir, se los empezaste a lamer. –dijo Ariadna. –Si, así fue. –dijo Roberto. –Pero, tenía ganas de hacer pis, no podía aguantarse, y me iba a machar los asientos, así que le dije que meara en mi boca. –dijo Roberto. –¿Qué te meara en tu boca, Roberto? –preguntó Ariadna. –Si, Ariadna. –dijo Roberto. –Bueno, sigue contándome lo que sucedió. –dijo Ariadna. –Pues que me la bebi toda, al principio era asquerosa, pero fue excitándose hasta que me acostumbre a su sabor, saboreándola. –dijo Roberto. –Ya veo, tendió una trampa esa mocosa, usando sus pies, para que cayeras. –dijo Ariadna. –¡Menuda, zorrilla! –dijo Ariadna. –Pero ya la había sometido, mi trabajo estaba hecho. –dijo Roberto. –¿Y fue sólo por eso o pasó algo más? –preguntó Ariadna. –Si, y no te va a gustar nada lo que hice, porque aún me avergüenzo de mi mismo. –dijo Roberto. –Bueno, no sé, dímelo. –dijo Ariadna. –Pues, al terminar se le escapo la caca, diciéndome que se iba a cagar en el asiento, y como tenía la boca en su vagina. –dijo Roberto. –Le dije que me cagara en la boca, antes de que se me mancharan los asientos. –dijo Roberto.
    
    –O sea, que te comiste su mierda en dos palabras. –dijo Ariadna. –Si, me fui comiendo su mierda, hasta que tuve que masticarla para tragármela, así que la fue saboreando hasta que me gusto su sabor, deleitándome. –dijo Roberto. –Eres la hostia, Roberto. –dijo Ariadna. –¿Y qué sucedió después? –dijo Ariadna. –Pues, que lo hablamos, y quedamos en que yo me convirtiera en su esclavo y ella en mi Ama, adiestrándome, sometiéndome mientras me humillaba y me denigraba. –dijo Roberto. –¡Ja, ja, ja, ja! –reía Ariadna. –¡No te reías, es verdad Ariadna! –dijo Roberto. –Decidiste que como te gustaron su orina y su mierda, quizás podrías probar a ser un esclavo más, adquiriendo más experiencia y aprendiendo más. –dijo Ariadna. –No, si, por un lado, eres un genio, pero por otro eres un inocente. –dijo Ariadna. –Si, quizás lo sea o no, pero durante su adiestramiento, me puso un collar, unas anillas, vibrador, pulseras, y al humillarme se me ponía dura la polla, al escupirme, al lamer sus botas o sus pies. –dijo Roberto. –Entonces, quise probar y como ella, iba a dejar de ser Ama, que mejor oportunidad que esa. –dijo Roberto. –Si, en parte llevas razón. –dijo Ariadna. –¿Y qué tal tu vida de esclavo? –preguntó Ariadna. –Muy bien, estoy todo el rato con la polla tiesa, excitado y cachondo perdido. –dijo Roberto. –Además, al llegar a la parcela, me sacó a pasear como su perro, en el jardín del bloque, sentada en un banco, le ordenó a lamerle los pies.
    
    –¡Madre mía, Roberto! –dijo Ariadna. –¿Te hizo una humillación pública? –preguntó Ariadna. –Si, Ariadna. –dijo Roberto. –¡Joder! Roberto, ¿Lo has probado ya casi, todo? –preguntó Ariadna. –No, todo no, Ariadna. –dijo Roberto. –Bueno, sígueme contando, Roberto. –dijo Ariadna. –Pues estaba, teniendo una sesión con mi Ama, y aparecieron mis vecinas de al lado, así que se unieron a la fiesta. ...
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