Venciendo mi Timidez. Capítulo 12 - Relatos Eróticos

Venciendo mi Timidez. Capítulo 12

... era innecesaria, pues inicié un desenfrenado mete y saca, casi brutal, pero Fani aguantaba sin chistar, es más, diría que lo disfrutaba demasiado, pues sus gemidos y estertores eran signo de ello, ¡mi follada era tan fiera!, que Fani a los pocos minutos se corrió como una burra… pero yo estaba para más, y sin mediar palabra, saqué mi pringada verga llena de fluidos de su coño y se la hundí lentamente por el culo, abriendo su perfecto orto, haciendo que ella casi se desmayara de un extraño placer, mezclado con dolor, diría que era algo sadomasoquista… la embestida hizo que bajara la cabeza, quedando apoyada en el respaldo del sofá afirmada de su frente y brazos, dejando el culito en pompas… ¡no tuve piedad!... una vez completamente adentro le di con todo, afortunadamente para ella, ya su orto estaba amoldado para recibir una verga y se dejó culear entre apasionados quejidos, sofocos y gritos delirantes.

Miré a Sofí que estaba en un silloncito sentada amarrando sus piernas con los brazos y los pies sobre el asiento, mirándonos, la miré con malicia, como diciendo mira como la follo, ¿no te da un poco de celos? No sé si se dio cuenta de mi mirada o no, pero me dijo:

Comencé a notar que mi calentura ya me haría desbordar… que no podría aguantar mucho más, traté de culearla más lento y suave, pero era lo mismo, este orto mágico me tenía al borde del colapso, así y todo… intenté estirar al máximo la enculada, pero finalmente tuve que claudicar y la llené de leche… tanta que comenzó a desbordar… Fani al sentir que la llenaba de mi semen, desencadenó otro orgasmo gigante, y se dejó caer atravesada en el sofá.

Ya cansado, o mejor dicho sin fuerzas para seguir follando a Fani, me senté a su lado y puse una de mis manos en su bello culo recién perforado, como queriendo con mis caricias aminorar los efectos de la enculada. Sofí se levantó de su lugar, tomó algo de su bolso y se arrodilló frente a mí, y tomando mi morcillona verga, la limpió con una toallita húmeda o algo así, mientras me miraba con aires triunfales… era cierto, ella me estaba excitando nuevamente.

Cuando mi verga aún en recuperación, tenía ya un tamaño considerable, se la metió en la boca y comenzó a darme una mamada, iba a sacarla de su boca, pues pensé que después de la follada a Fani ni Cristo la levantaría, o eso creía yo, pero Sofí de algún lugar encontró algo de energía en mí, y logró endurecerla, para luego montarse a horcajadas sobre mí y empalarse… todo ello sin dejar de mirarme… con unos ojos que reflejaban su victoria.

Ya recuperado, le agarré de las dos tremendas tetas que se gasta, y comencé a comérselas, mientras ella se contoneaba ante la mirada de una sonriente Fani que se unía a su celebración… la miraba ella y a mí, ¡la petulante arpía me tenía subyugado!… Sofí completamente roja y excitada, entrecerró sus ojos suspirando profundo, eso indicaba que estaba al borde del orgasmo, por lo que pronto sentí como comenzaba a tener espasmos en su coñito que me ...