1. Los 7 pecados capitales: 6. Envidia


    Fecha: 14/08/2024, Categorías: Incesto Autor: privado, Fuente: SexoSinTabues30

    ... la verga de su hijo, del calor, la potencia, el exquisito placer que este le había brindado por el tiempo que duró la incestuosa relación, la tenían inquieta; quería, pero no quería.
    
    3.
    
    Este estado de cosas continuó así por un tiempo, pero con frecuencia ocurre que las expectativas y la realidad, ya sea para bien o para mal, no van de la mano. Lo que ocurrió poco después lo comprueba: pronto llegó el momento en que madre e hijo se quedaron solos al fin, aunque por circunstancias muy distintas a lo que ellos hubieran esperado. El largo período en que Eduardo parecía omnipresente en el hogar terminó abruptamente una tarde en que no regresó de su faena. Conforme fueron pasando las horas y no había noticias de su marido, Susana fue pasando de la intranquilidad a la desesperación. Se imaginaba lo peor y la angustia se fue apoderando de su ánimo.
    
    Edu no se enteró de la ausencia de su padre hasta bien entrada la noche en que su madre entró a su habitación con los ojos llorosos. Su padre había sido detenido. La policía lo acusaba de haber participado en un asalto.
    
    Edu abrazó a su madre y la consoló. Sus sentimientos eran confusos; por un lado, sentía inquietud por lo que habría sucedido con su padre, pero por otro, veía la oportunidad que se presentaba ante él.
    
    Esa noche cada uno se acostó en su propio cuarto, pero cuando Edu pensaba que ya no podía resistir más, decidió acudir a la cama de su madre, sin embargo, no alcanzó a salir de las sábanas cuando la puerta del dormitorio se abrió. La figura de Susana apareció en la penumbra y luego el costado de su cama cedió al peso del cuerpo que se acomodaba junto al suyo.
    
    Edu pasó un brazo bajo sus hombros y la acurrucó junto a su cuerpo. Por un instante, pensó en Susana más como una hija que como madre o mujer. A sus escasos 15 años, vislumbró por un instante el peso de asumir el rol del hombre de la casa. La besó tiernamente en la frente mientras retiraba un mechón de pelo de su rostro lloroso.
    
    —¡Ay, hijo! —se lamentó Susana.
    
    —Shhh —la consoló él—, shhh.
    
    Edu mantuvo así a su madre por un rato y poco a poco la calidez de ambos cuerpos unidos fue manifestándose cada vez más íntimamente. Las piernas de Susana se enroscaron con las de su hijo y este sintió crecer su miembro hasta salir por sobre el elástico de su bóxer. Bastó un leve movimiento de su pelvis para hacer que su pene quedara aprisionado en el bajo vientre de su madre. Susana suspiró y se apretó un poco más ante la deliciosa sensación de tener a su hijo nuevamente para sí.
    
    Rápidamente Edu se deshizo de su bóxer mientras Susana soltaba su brassiere y luego se abrazaron buscándose la boca. El beso de los amantes no se hizo esperar. Sus lenguas se reencontraron en una danza íntima y libidinosa. Las tetas de Susana se restregaban en el pecho de su hijo que no cabía en sí ante el goce recuperado.
    
    Tirando las sábanas hacia atrás, Susana se inclinó sobre el cuerpo de Edu apoderándose del miembro rígido y palpitante que se ...
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