1. Los 7 pecados capitales: 6. Envidia


    Fecha: 14/08/2024, Categorías: Incesto Autor: privado, Fuente: SexoSinTabues30

    ... forma.
    
    —Bueno, ¿te gustan los hombres?, ¿es eso lo que te pasa? —Eduardo había entrado a su dormitorio solo en calzoncillos.
    
    —No, no soy maricón —respondió el chico con desdén.
    
    —¿Y entonces cuál es tu puto problema?, ¿te gusta ver cómo me culeo a tu mamá?
    
    —N… no —titubeó al responder.
    
    —Si te gusta la pichula solo dímelo, en la cárcel me pisé a muchos huecos. Si quieres pico…
    
    —¡No! Ya te dije que no me gusta eso.
    
    —¿Y por qué no te buscas una minita, entonces? Hasta ahora no te he visto con ninguna.
    
    —Es problema mío.
    
    —Ok, pero vas a tener que conseguirte una hembra, no te puedes pasar la vida mirándome mientras me cojo a tu mamá. No es que me importe, en todo caso… si la puerta está abierta puedes mirar, pero no es bueno matarse a pajas.
    
    Edu se quedó en silencio pensando en lo que había dicho su padre. Tal vez tenía razón y necesitaba buscar una mina para pisar, aunque no se imaginaba cogiendo con nadie más que con su mamá.
    
    Esa noche no sintió ruido en la pieza de sus padres y se quedó dormido pensando en las palabras de su papá. ¿Es que de verdad le había ofrecido su…?
    
    “¡Viejo asqueroso!” —pensó.
    
    El día siguiente era lunes. Comenzaba la última semana de clases antes de las vacaciones. Edu se levantó temprano y desayunó con sus padres. Nunca antes había advertido que entre ellos parecía haber una suerte de complicidad que él no alcanzaba a entender.
    
    Su padre permanecía en silencio, pero parecía que bastaba una mirada para que su mamá lo atendiera. Edu sintió rabia de ver que el hombre dominaba a su mujer de esa manera, sin embargo, a ella parecía encantarle servir a su marido.
    
    Susana, vestida con una bata de levantarse que apenas sujetaba sus senos turgentes con la suave tela que los cubría, parecía no darse cuenta del ardor que provocaba en su hijo. Edu miraba el escote con unas ganas tremendas de abrirle el camisón y chuparle los pezones como había hecho tantas veces; sintió que se le paraba el pico ante la visión de las tetas que, en su imaginación, veía completamente desnudas y a su disposición.
    
    Su madre se cubrió de pronto finalizando en forma abrupta el embeleso del muchacho. Entonces Edu notó que su padre lo miraba fijamente y su rostro se encendió. Rápidamente se levantó de la mesa y se despidió para dirigirse a la escuela.
    
    Una vez en clases no pudo dejar de pensar en su madre, en sus tetas, en las ganas que lo consumían, en la suavidad del coño materno, en lo caliente de esa concha que necesitaba más que el aire para respirar.
    
    Susana, por su parte, parecía estar viviendo una nueva oportunidad en la vida. Algo diferente había en Eduardo. El macho dominante seguía ahí, pero desde su regreso, parecía tener mayores consideraciones con ella. Había encontrado un trabajo honrado y parecía tener la intención de recuperar su familia. de algún modo un sentimiento de renovada esperanza se había albergado en su corazón, sin embargo, por más que trataba de esconder sus sentimientos, el recuerdo de ...
«12...91011...15»