El ascenso del Súcubo - Relatos Eróticos

El ascenso del Súcubo

... hacerme invisible a ojos divinos. El dios solar por su parte prometió legalizar nuestra existencia, y apoyar la abolición del Sumo Sacerdocio hermafrodita si ganaba. Emanara está desaparecida, y ojalá pudiera hablar con ella sobre su hija. El misterio aquí es quien corrompió el linaje divino, quién se aseguró que la diosa Emanara era manipulada y tomaba un camino lleno de oscuridad. ¿Fue el padre de la Diosa Salvaje? ¿Fueron sacerdotes o los otros dos dioses? ¿Quién provocó todo el desequilibrio que Laura tuvo que solucionar con su sacrificio sexual? Las armas de Semen Divino habíamos sido creadas para asegurar el poder. Un grupo de hermafroditas selecto con poderes especiales, y alguien se había asegurado nuestra obediencia. Alive conocía de mi potencial mágico y se lo calló, era tan joven y estúpida que no supe verlo yo misma. Quizás debería seguir el ejemplo de Laura y entrenar más. Hace tiempo que no me dedico al asesinato y a la infiltración.

Me encontraba tan ensimismada en mis pensamientos, que tardé en ver a Esmeralda huyendo desnuda sobre los troncos de los árboles. Me escondí y la observé mientras bajaba y vigilaba a un animal. Ella misma decía que no tenía instinto cazador, ¿por qué quería cazar a un alce? Saltó sobre el animal y le clavó sus garras en el cuello, las sacó solo para terminar de decapitar al animal. Se quedó observando el animal, sin hacer nada. Bloqueada.

–Quería matarlo, pero no tengo hambre, no quiero comerlo. A veces me pregunto qué dirá mi madre si se entera de todo.

–Que se joda, traicionó tu confianza. ¿Sientes vergüenza? ¿Te arrepientes?

–Su entrenamiento ha sido tortura con magia de control mental. Ha despertado demonios en mi cabeza que me susurran. Quieren que vuelva a ser una vampira sedienta de sangre, poderosa y temible.

–Ese es el camino que siguió tu madre, fue utilizada por las sacerdotisas lunares. ¿Recuerdas?

Yo no le he ordenado tortura alguna a mis esclavas. Me habrá traicionado, eso explica que quieran utilizar a Esmeralda.

–Yo no te obligué a seguir este camino. Fuiste tú. Nunca has sido violenta, Esmeralda. ¿Por qué ibas a querer empezar ahora?

–Quiero matar, quiero matar a Jana. Que pague por lo que me ha hecho.

–¿Matarías por mí?–Esmeralda asintió.–Entonces vas a ver bien, mi mejor truco mágico.

Cambié nuestros cuerpos, tomando el control del suyo y ella el del mío. Ahora era yo la vampira putona. Obviamente, ella tenía mis poderes, todos ellos excepto el del cambio de identidades, sobre eso seguía mandando yo. Era una nueva habilidad, parte de la bendición lunar.

–Ahora eres mi ama, reclama a tu esclava.

Ella me obedeció al instante, y me agarró de la cabellera y me llevó hasta un tronco.

–Esmeralda, esto debe quedar como un secreto entre nosotras.

Ella encajó la polla en mi húmedo coño, y agarró los pechos. Controlando su cuerpo me sentí unida a ella, era quizás lo que ella misma sentía conmigo. O quizás era su polla entrando y saliendo del coño que ...