1. Las aventuras de Bárbara: Follándose a la vecina


    Fecha: 01/07/2024, Categorías: No Consentido Autor: Barbara, Fuente: TodoRelatos

    ... inesperadamente deje salir el gemido más rico del mundo. El extraño gozó de mi gemido por que comenzó a chuparme los pechos demasiado rápido ocasionando que el placer aumentara.
    
    Estaba perdida en ese mar de sensaciones placenteras y deliciosas. A pesar de que sabia que no era la forma en que hubiera querido, estaba poco a poco entregándome a sus perversiones.
    
    –Que rica perra que sos, estas bien sabrosa, tus tetas saben exquisitas, tus pezones son fabulosos… mmm… ahh… –comenzó a morderme los pezones y a tirar de ellos.
    
    –Ya están duritos putita… ya estas bien caliente, a que si… desde el día en que te vi con albino… te empecé… a desear…
    
    Cuando escuche eso, se me vino a la mente mi vecino, ¡MARTIN! Entre la mescla de placer y lo que escuché no podía pensar con claridad, no podía creer que mi vecino, ese viejo cincuentón, me estuviera haciendo todas esas cosas.
    
    –Martin, déjeme por favor, no me haga esto… se lo suplico… –le dije. De pronto dejó de chuparme las tetas y de penetrarme con su dedo.
    
    –Así que me escuchaste, Barbarita… bien… así por lo menos sabrás quien fue el primero en cogerte de todos.
    
    –Espera ¿Qué dijiste? ¿Primero de todos? Le pregunté incrédula a lo que mis oídos habían escuchado.
    
    –¿A qué te refieres con todos? –Se quitó de encima de mí y con sus manos me tomó de las piernas.
    
    –Ahora llegó el momento de que te folle como la puta que eres. –Dicho eso me abrió las piernas y haciendo un último esfuerzo por mantener mi dignidad intacta, traté de patearlo. Mis esfuerzos fueron en vano, me sujetó muy fuerte de ambas piernas e inmediatamente sentí algo caliente en mi conchita. Me quedé paralizada, fue cuando entendí que estaba a punto de penetrarme con su verga.
    
    Cerré mis ojos tratando de pensar en algo agradable pero los recuerdos de todos aquellos hombres que me tomaron a la fuerza cruzaron rápidamente por mi mente, de pronto sentí como su verga me penetraba lentamente.
    
    –Ahhhh… fue lo que exclamé al momento de sentir su trabuco abriéndose paso por mi vagina. En mi mente, el recuerdo del vecino que me robó mi virginidad permanecía latente, mientras Martin metía y sacaba su verga tanto como mi coñito se lo permitiera.
    
    Después de un bufido de Martin sentí como me embestía con fuerza tratando de meter más su verga en mí. –aahhh… ummm… –solo alcanzaba a gemir después de cada estocada que me daba. Rápidamente comencé a temblar y la cama comenzó a crujir bajo nosotros.
    
    –Así que no eres virgen pequeña Barbi… creí que batallaría para meterte todo mi paquete, pero entró fácil. Creo que fue por lo mojada que te puse. –De pronto sentí que empezó a embestirme lentamente y comencé a sentir las mismas sensaciones de cuando me metía y sacaba su dedo, pero mucho más fuertes.
    
    –Que rico se siente mi verga dentro de ti pequeña, está contento de poder visitarte… escuchaba que Martin me decía, pero yo estaba como en trance, sintiendo más y más placer.
    
    Poco a poco fui sintiendo más y mas esa sensación de excitación en ...
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