Las aventuras de Bárbara: Follándose a la vecina - Relatos Eróticos

Las aventuras de Bárbara: Follándose a la vecina

... para poder vivir cómodamente. Al cabo de 6 horas había limpiado y acomodado todo. El departamento se veía hermoso y muy juvenil, justo como me lo había imaginado. Tomé un baño en la tina y me metí a la cama para dormir cómodamente.

El resto de la semana fue agobiante, hubo muchos comensales en el restaurante y me la llevaba de arriba abajo atendiendo mesas. Además, las clases no daban tregua y los profesores nos dejaban muchas tareas. No les miento, llegaba súper cansada y tener que subir las escaleras se me hacia un martirio.

El jueves por ejemplo de lo cansada que andaba solo alcance a llegar al segundo piso y me quede ahí sentada un buen rato. Cuando estaba a punto de pararme escuche que alguien subía las escaleras. Ni siquiera me pude parar cuando mi vecino, Martin había llegado hasta donde me encontraba.

-Pero mira nada más que tenemos aquí, si es la nena del 69. ¿Qué haces sentada en la oscuridad? –me dijo bromeando

-Hola vecino. Estoy descansando, no pude subir más escalones, ando muy cansada. –le conteste.

-Menos mal que eh pasado justo a tiempo para ayudarte pequeña. Si quieres puedo llevarte cargando.

-No se moleste, yo creo que ya puedo subirlos - pero cuando me disponía a subir uno de los escalones, mi pierna derecha se puso débil y caí de pompis en el escalón.

-Ya vez preciosa, mejor te llevo.

-No en serio no se moleste… -pero antes de que terminara de decir mi frase, Martin me tomó de las piernas y de la espalda y me llevo hasta el quinto piso. La verdad me daba mucha pena, nunca antes me habían cargado así.

Cuando llegamos, Martin me bajó lentamente y mientras lo hacia sentí como una de sus manos se deslizo hasta mis pompis. Rápidamente sentí un escalofrió y di un pequeño salto, pero traté de disimular, como si se debiera a otra cosa. Nos despedimos y rápidamente me metí a mi departamento.

Ya adentro tiré mi bolso donde guardo mi uniforme del trabajo en el sillón. Lentamente me fui quitando los zapatos, el pantalón y la blusa hasta quedar solamente en ropa interior.

Cuando desperté aún era de noche, mire el reloj que tengo al lado de la cama y este marcaba las 2:00 am . Traté de volver a dormir, pero el calor me espantó el sueño, pensé que sería buena idea tomar un té negro y darme un baño para refrescarme e intentar dormir después. Me levanté de la cama y me dirigí hasta la cocina. Fuera de mi cuarto el ambiente se sentía fresco, pero al estar en la temporada seca, ni siendo de noche refresca un poco.

Aun que tomar algo caliente no pareciera la mejor opción, lo cierto es que lo caliente del té me ayudaría a conciliar el sueño. Mientras el agua hervía anduve por la casa caminando y mientras esperaba se me ocurrió hacer un poco de ejercicio. Fui por mi tapete azul al otro cuarto y lo coloqué en la sala.

Cuando estaba a punto de empezar el sonido de la tetera me aviso que el agua estaba hirviendo así que me preparé el té y mientras esperaba que se enfriara un poco me puse a hacer una serie de ...