La Herencia (cap.1) - Relatos Eróticos

La Herencia (cap.1)

... de la misma manera que en su día decidió entregarse por completo a Cristina, su amada Ama, ahora debía decidir si hacerlo a su madre, Doña Sofia o si tratar de vivir su vida por sí mismo.

Ambas posibilidades le daban pánico por lo que representaban, novedad y el era un hombre tranquilo y no acostumbrado a tomar grandes decisiones.

Sofia lo dejo en sus pensamientos, pensó ella que aquella semilla germinaría y el tomaría finalmente la decisión más acertada para él, fuese una u otra, ella no quería nada forzado, no lo deseaba así y mas no podía hacer, ya le había mostrado su deseo y entendía la situación difícil de Pablo.

Se encendió un cigarrillo y le comento.

- Ahora quiero que te vayas a tu dormitorio y te quedes allí hasta que te llame, todos estos días han sido de mucha tensión y necesito quitármela de encima cuanto antes, así que he hablado con la amiga de mi hija que lleva el club BDSM y me ha recomendado un chico sumiso que en tan solo unos minutos estará aquí, voy a tener una sesión con él, lo voy a azotar y después espero que sea tan bueno como me han dicho con su boca pues necesito que me coman bien el coño y el culo para correrme más de una vez.

Pablo la escuchaba pero su cara era de sorpresa, Sofia se dio cuenta de ello y le extrañaba, no sabia bien si era por lo extraño de que una persona de fuera ya conociese ciertas amistades o por algún tipo de celos en que otro sumiso viniese a ser usado por ella.

- Aunque no llevo muchos días por aquí, en este tiempo mi hija me dio su libreta de contactos y me hizo un detallado resumen de cada una de las personas que en ella están, no me ha dado tiempo a conocerlas a todas, pero si que he conocido a Elsa, la que me ha recomendado al sumiso y también a Julia, tu doctora y veterinaria.

También van en esa libreta los amantes que venían a follar con tu Ama, algunos según me dijo ella, muy bien dotados y muy buenos follando, pero en este momento me apetece mucho el coger un látigo y una vara para aplicar disciplina.

Bueno, vete a tu dormitorio y no salgas de allí sin mi permiso.

- Si Doña Sofia, le respondió el, si necesitase cualquier cosa no dude en llamarme por favor, añadió mientras se levantaba y se dirigía con la miraba baja a su dormitorio.

Ella termino de fumarse su cigarrillo, sonrio y se fue a retocarse un poco para recibir a su visita.

Al cabo de unos minutos sonó el timbre, Sofia fue a abrir y a recibir a su invitado.

… continuara.

… se agradecen comentarios y criticas.