La Herencia (cap.1) - Relatos Eróticos

La Herencia (cap.1)

La Herencia (cap.1)

Pablo era un chico muy normal, buen estudiante, que con brillantez había sacado su carrera de ingeniería de telecomunicaciones, era muy aficionado a los videojuegos donde era todo un personaje pues recién licenciado desarrollo varias rutinas de imágenes para personajes de esos juegos muy novedosas y que se las compraron enseguida por bastante dinero, ofreciéndole cantidades enormes las más famosas marcas de video juegos para que trabajase para ellos, pero a él le gustaba su mundo, trabajar por su cuenta, ya que era una persona bastante solitaria, había sido un hijo único muy querido y sus padres habían fallecido siendo el aun adolescente, por lo que su mundo era muy reducido, además en sus relaciones de pareja apenas había tenido suerte ya que las relaciones que había tenido no le habían durado mucho, no se sentía comprendido y sobre todo no se sentía satisfecho, feliz, solo en una de ellas se sintió bien, con deseos que incluso el no llego a entender bien y con reacciones de su cuerpo que el desconocía, fue con una chica que conoció en una fiesta, ella bebió un poco más de la cuenta y después se fueron juntos a su casa, allí la chica le requirió para que la hiciese gozar sin apenas ella hacer nada y humillándolo, aquello lejos de escandalizarlo, le excito mucho y disfruto bastante con ella, pese a que le obligaba a comerle el coño y no le permitió correrse, él se dio cuenta que aquello le excitaba mucho y que incluso con los orales que le hacía cuando ella le apetecía o se lo permitía el disfrutaba mucho de la situación, ella le decía que era un puto sumiso y él no le hacía caso y le decía que no, pero se excitaba cuando lo llamaba así y cuando alguna vez le dio alguna cachetada o bofetón, aquella chica lo estuvo llamando algún tiempo para usarlo en su placer hasta que se fue de la ciudad y la historia termino.

Una tarde esta chica lo llamo para que fuese a su casa, solo le dijo que esperaba que se supiese comportar porque debería de servirla a ella y a una amiga, así fue como conoció a Cristina que era la amiga de su chica, Cristina era alta, de formas voluptuosas y grandes, pechos grandes, culo grande, caderas anchas, era toda una mujer, era rubia y muy guapa de apariencia.

Nada más conocerme me dejo impactado porque me dio una hostia cuando intente saludarla educadamente.

- Este es tu sumiso?, le dijo Cristina a la chica de Pablo, pues aún te queda mucho trabajo por hacer, un sumiso debe tener muy claro siempre que este ante una Dama que es un ser superior a él y que para saludar debe ponerse de rodillas y besar si se le permite los pies de las Damas.

- Está empezando y aun no se reconoce como sumiso, aunque es muy educado y obediente, le dijo mi chica.

Pablo al oír aquello fui hacia ella y me arrodille a sus pies, inclinando la cabeza y besando su zapato, ella lo dejo y permitió que Pablo le besase los pies.

Aquel día mi chica me hizo darle placer a ella y su amiga como solía hacerlo, con mi boca, ...