1. Fue por mi madre


    Fecha: 27/05/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Libre95, Fuente: SexoSinTabues30

    ... fluidos sobre sus piernas y antes de que me diese cuenta, me cogió con esfuerzo con sus brazos y me tiró sobre la cama. Me puso boca arriba, su coño chorreando sobre mi boca y solo dijo:
    
    – Chupa puta, chupa, hasta que me lo dejes totalmente seco.
    
    Y aunque parezca raro, fue oír la palabra puta y volver a transformarme en una mujer sedienta de sexo. No sabía cómo hacerlo, pero fui metiendo mi boca, mi lengua, abriendo y cerrando sus labios para penetrar más adentro… hice todo lo que Andrea me dijo. La complací en todo y tanto la complací, que se volvió a correr. Sus manos agarraron con fuerza mis tetas ya muy desarrolladas, tiraban de ellas, pellizcaba con fuerza mis pezones y cuando yo creía que estaba de nuevo su coño ya seco, noté como un enorme rio se derramaba en mi bocapero no era flujo vaginal, la muy puta de Andrea se estaba meando de verdad,mientras gritaba convulsivamente y aplastaba con sus manazas mis tetas hasta producirme un dolor inenarrable.
    
    No sé por qué, consideré que eso era parte de los placeres sexuales entre mujeres y que yo, tal y como le prometí, cumpliría todos sus deseos. Bebí todo el orín que pude, aguanté todos mis dolores… y me volví a correr. Al notarlo, mi amante me dejó totalmente y se puso invertida encima de mí. Ahora era yo quien notaba el inmenso placer de su boca en mi vagina, su gruesa lengua dentro de mi coño, cómo mis paredes vaginales destilaban placer húmedo y cómo se abrían a sus embates, hasta que poco después, mi cuerpo y mi cerebro decían basta. Me rendí. Estaba totalmente agotada y en parte, bastante desorientada.
    
    Yo solo había acudido a esa casa para hablar de mi situación académica y social, de cómo mi madre me desatendía y de repente, mi psicóloga me estaba reeducando ¡pero sexualmente y de qué manera! Andrea se tendió a mi lado y estuvimos durante bastante tiempo acariciándonos y besándonos sin parar.
    
    Estuvimos juntas casi dos horas y media. Fueron las mejores horas de toda mi vida, los mejores momentos vividos hasta entonces, pero también era tiempo para irme a casa si no quería recibir alguna dura reprimenda de mi madre o incluso algún guantazo. Al fin y al cabo, si yo no hacía la comida o la cena, nadie comía ni cenaba. Mi madre nunca era consciente de la hora en la que estaba, pero si era consciente de si tenía hambre o no. Andrea tomo conciencia de ese tiempo, nos vestimos rápidamente y con su coche fuimos a una casa de comidas para llevar en un centro comercial cercano, y así yo no tendría que cocinar en mi estado ni a esa hora. Luego me llevó a casa y en la misma puerta, sin salir del coche y sin importar si alguien nos vería, nos dimos un cálido y más que amistoso beso en la boca.
    
    Al día siguiente, viernes, no la vi. El fin de semana fue horrible. No se si me masturbé 50 veces o 500. La echaba de menos. Por primera vez en mi vida sentía la necesidad de sexo, de la mayor cantidad de sexo posible y sin importarme nada de qué tipo o con quién. No me importó beberme su meada ...
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