1. Camino hacia zoodoma. Capítulo III


    Fecha: 15/09/2019, Categorías: Zoofilia Autor: Nikki, Fuente: TodoRelatos

    ... hacia mi silla para tomar asiento, acción que intentó replicar don Guillermo. Pero dado su estado no pudo caminar mas que un par de pasos antes de trastabillar casi cayendo al piso, cosa que hubiera pasado si no fuera porque chocó contra la mesa. Al ver aquel golpe no pude evitar preocuparme, así que me acerqué a ayudarlo a sentarse. En cuanto lo agarré de la espalda, haciendo que se recargara en mi hombro para poder guiarlo hasta su lugar, el viejo aló de mi escote haciendo que uno de mis senos escapara de mi vestido. Estuve a punto de tirarlo al suelo, pero decidí resistir el impulso y llevarlo a que se sentara para después arreglar mi escote. Cuando mi gordo tío ya estaba seguro sobre una silla, tomé asiento a su lado riendo al ver hasta que punto habían llegado sus atrevimientos.
    
    — Eso lo hizo adrede tío, a mi no me engaña.
    
    — No adrede, pero lo haría… de nuevo con tal de ver tus ricas chichis… mi cielo.
    
    — Soy su sobrina tío, la hija de su hermana. Creo que no esta midiendo las cosas.
    
    — Eres una mujerzota. Eso de la familia vale verga mija… si por mi fuera me cogía hasta a tu jefa… pero la neta tu estas mas buena.— dijo mi tío mientras ponía su mano sobre mi rodilla, para a continuación empezar a sobar mis muslos buscando llegar hasta mi ropa interior.
    
    — Dije que no tío.— espeté empujando su mano intentando despegarla de mi pierna.
    
    Pero para ese momento estaba como toro en celo. Empezó a agarrarme con fuerza, como no lo había hecho en toda la noche. Empujarlo en ese instante era mas difícil, y antes de darme cuenta su mano estaba en lo mas profundo de mis muslos, tocando mi vagina con sus nudillos. De repente comenzó a besarme el cuello y el pecho, sorbiendo mi piel en un afán de desnudar mis tetas con su boca. Aquello era caliente, pero me irritaba porque se salía de mi control. No era el momento ni el lugar, ni tampoco era la situación a la que quería llegar. Así que decidida a detenerlo de una vez, tomé impulso para empujarlo, haciendo que cayera de su silla.
    
    — ¡DIJE QUE NO!— grité mientras lo veía rodar por el suelo. Al escucharme la gente en el salón volteó hacia mi, pero ya todos estaban tan ebrios que aquello sólo los distrajo de sus asuntos por un par de segundos.
    
    Guillermo intentaba ponerse de pie sin éxito, pero ya que no quería volver a darle la oportunidad de sobrepasarse, decidí ir en busca de su hijo para que lo ayudara. No estaba a la vista en alguna mesa, así que fui a buscarlo por los alrededores. No fue hasta que llegué a una jardinera que estaba a lado de los baños que lo encontré, pero el ver lo que estaba haciendo hizo que explotara en cólera. Allí estaba él, junto a otro chico de la fiesta, ambos a punto de abusar de mi hermana. Uno la sostenía por debajo de los brazos agarrándola de sus pechos desnudos, mientras mi primo le levantaba el vestido para quitarle las bragas. Actué por inercia. Antes de darme cuenta ya estaba halando de los cabellos a mi pariente, para después propinarle un puñetazo con ...
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