1. Camino hacia zoodoma. Capítulo III


    Fecha: 15/09/2019, Categorías: Zoofilia Autor: Nikki, Fuente: TodoRelatos

    ... Tarzan que se habría paso en mi interior buscando inseminarme. Pensar en como ese animal seguía sus instintos de procreación conmigo me puso mas cachonda. Estábamos llevando a cabo un acto antinatural, pero aún así la semilla de Tarzan buscaba preñarme como a cualquier perra. La mera idea de que con ese acto aberrante diéramos vida a un cachorro en dos meses, era suficiente para que mi cuerpo temblara por la lascivia.
    
    Siguió empujando sus caderas como un autómata programado para copular por un par de minutos, en lo que para mi fueron horas de placer. Su verga se hinchaba mas y mas conforme se movía, dando paso a que en su base se formara una bola. Los empujones ahora buscaban que aquel miembro entrara por completo, tratando de que se diera el tan esperado nudo. Antes había practicado con mi puño completo, así que sabía que podía engullirlo en mi vagina sin problema. Pero la estatura de mi amante volvía a ser el problema. De un instante a otro Tarzan dió su último empujón, pegando la bola lo mas que podía en mi vagina. Yo estaba decidida a quedar amarrada con el, así que empujé sus caderas con las manos por detrás de mi para forzar a que entrara. Sentí la verga de Tarzan retorciéndose dentro de mi, y también como empezaba a disparar un líquido mas caliente y espeso que el anterior. Estaba vaciando su verdadero esperma en mis entrañas. Halé hacia mi al can lo mas que pude para que entrara todo, haciendo que por fin se deslizara por completo.
    
    Los últimos momentos fueron un deleite. El perro descansaba sobre mis caderas exhausto, jadeando tras haber conseguido su tan anhelada corrida. Mientras tanto su verga seguía latiendo en mi vagina, disparando chorros de abundante lefa. Solté mi cuerpo de golpe para quedar acostada boca abajo en el suelo. Estaba agotada después de tantos orgasmos, pero contrario a darlo por terminado, seguía disfrutando del hormigueo que sentía al estar anudada. Debí de pasar unos veinte minutos pegada a Tarzan, cuando éste comenzó a patalear tratando de separarse. Intenté detenerlo halándolo de las patas sin éxito. Comenzó a caminar para alejarse, detenido solamente por la dificultad de sacar su bola de mi vagina. Pero en un momento ejerció tal fuerza que su pene escapó de mis entrañas, haciendo que su semen saliera disparado a borbotones.
    
    Cuando me levanté del piso no pude evitar meter mis dedos en mi sexo para empaparlos con la semilla de Tarzan para a continuación chuparlos. El sabor de la lefa de perro era muchísimo mejor que la de hombre. Comencé a lamer el charco de esperma que manchaba el suelo, como si fuera una gatita bebiendo leche de un cuenco. Su sabor y aroma me volvían loca, razón por la que no quería desperdiciar ni una gota. Tarzan me observaba jadeante con su larga lengua de fuera. Quise pensar que veía con orgullo a la perra que hace poco había hecho suya. Su verga seguía de fuera, bamboleándose como incitando a que le prestara mas atención. Tomé a mi mascota para ponerla boca arriba, y comencé a ...