1. Camino hacia zoodoma. Capítulo III


    Fecha: 15/09/2019, Categorías: Zoofilia Autor: Nikki, Fuente: TodoRelatos

    ... había logrado hasta que intenté levantarme para ir por otra botella. Perdí el equilibrio cayendo hacia atrás, en un sentón de nuevo en el sillón. Pero no importó, fui por otra botella y regresé a la sala, dispuesta a seguir tomando. Pero cuando estaba en el segundo trago Tarzan empezó a brincotear en la puerta pidiendo que lo dejara salir.
    
    Minutos antes el alcohol había hecho que pensara que no estaba mal dejar que mi tío me manoseara, y en ese instante el alcohol comenzaba a darme el coraje para vivir una experiencia zoofílica en primera persona. La sangre comenzó a hervir dentro de mi, llevándome a sentir una calentura mil veces mayor a la que había sentido con los magreos de don Guillermo. No podía controlarme, quería que mi perro me follara en ese justo momento.
    
    — ¿Qué pasa Tarzan? ¿Quieres salir a buscar una perra?— le dije mientras me acercaba a cuatro patas hacia él.— Pero ¿Para que salir a buscar una perra en celo si tienes una justo enfrente de ti?
    
    Escucharme decir aquellas sucias palabras hacía que me excitara muchísimo. Sabía que Tarzan no entendía ni una gota de lo que decía, pero aquel monólogo era mas para mí misma que para el. El que entendiera mis intenciones dependía únicamente de mis acciones. Comencé a besar el pelaje de su cabeza, dibujando una hilera de besos hasta llegar a su trompa. Ya en ese punto, saqué la lengua para lamerlo. Mi can correspondía a mis cariños regresándome los lametones en mi lengua y mis labios. Cuando sentí aquello abrí mi boca para que lo hiciera por dentro. Lamía mis dientes y encías, dejando que saboreara su saliva. Un fuerte sabor a alimento para perros inundó mis papilas, cosa que disfruté como no imaginaba. Necesitaba que el estuviera igual de caliente que yo, así que comencé a acariciar su verga por encima de su escroto. Mi mano apretaba con delicadeza la salchicha que se escondía dentro de aquella funda de piel, para después deslizarse sobre ella masturbándolo. Deseaba ver como salía su rojo pedazo de carne, por lo que agaché la cabeza para tenerlo en mi campo de visión. De ese lugar se asomaba apenas la punta, aun faltaba para que alcanzara la erección.
    
    Poco después el perro comenzó a brincar a mi alrededor, empujándome con sus patas mientras gemía desesperado. Había capturado su atención, Tarzan empezaba a entender que el sexo que buscaba lo iba a conseguir conmigo. Siguió brincando a mi lado, hasta que en un momento comenzó a olisquear por mis nalgas, intentando meter la trompa por debajo de mi ropa. Me arremangué el vestido y bajé mi tanga hasta mis muslos. Después volví a ponerme en cuatro patas, recargando mis codos en el suelo. Tarzan olió mi vagina, encontrando el aroma de mis jugos. Comenzó a lamer mi raja de arriba abajo, regalándome un riquísimo cosquilleo que recorría hasta mi columna vertebral, haciendo que arquera la espalda de forma involuntaria. Pero cuando insertó su hocico en mi coño para lamer dentro, un gemido quedo escapó de mi boca al sentir aquella brusquedad. ...
«12...91011...»