Vacaciones para cuatro 14 - Relatos Eróticos

Vacaciones para cuatro 14

... metálico de mi agujerito. No pensé que saldría por el aro del cinturón, pero sí. Noté como mi agujerito quedaba abierto, recibiendo la brisa del ambiente.

Irene puso el plug en mi boca, ordenándome saborear mi culo. Lo hice, mientras mis ojos estaban clavados en ellos. La pelirroja estaba sentada sobre la mesa, en medio de los dos. Tenía una mano sobre los hombros de mi novio y la otra sobre la mano de mi Amo. Era el perfecto contraste entre la femme fatal, calentando a mí novio. Y ese lado sumiso que provocaba Jorge en las mujeres, incluso en ella. La rubia jugaba con su dedo en mi ojete, mientras yo veía como la espectacular pelirroja tenía a mis dos hombres para ella. Iba a ser reventada delante de mí novio, con el beneplácito de su amigo, sin él enterarse de nada.

Las manos de Irene fueron a mi cadera, era el momento. La pelirroja le dijo algo al oído a Carlos, mientras su mano recorría su pecho. Sentí una presión en el círculo metálico que rodeaba mi agujero. Era el momento. Sólo podía concentrarme para no gritar lo suficiente y que mi novio reconociera mi voz. Una embestida contra mi culo, otra, otra más. Todas chocaban en la abertura metálica, sin llegar a tocar mi ano.

- ¡Mierda! ¡No cabe! ¡Ven aquí, cerdo! – gritó enfadada Irene.

Me había librado gracias al cinturón. Al final tenía que estar agradecida a ese invento, no creo que mi culito hubiera resistido aquella monstruosidad. Como ya era costumbre, no debí cantar victoria tan pronto…

De repente Paula estaba mi lado. No pude ver que le hacían, pero acabó en la misma posición que yo. Ambas a cuatro patas mirando al público, con las tetas colgando ante todos, ante nuestros hombres…

Ahora las manos en mi cadera eran otras, unas más grandes y fuertes. El sumiso estaba detrás de mí. Sentí como algo presionaba en mi culo, esta vez sí había traspasado el círculo metálico. Esa pollita de goma me iba a follar el culo. Comenzó a entrar abriendo mi esfínter poco a poco. Al menos estaba siendo delicado conmigo. Pero para eso estaba su novia… soltando un fuerte golpe con el flogger le instó a follarme a lo bestia. Por el ruido supe que los golpes no cesaron, debía estar torturando su espalda. De la misma manera, él empezó a torturarme el culo.

Lo que antes me había parecido una ridiculez, ahora ya no lo era. Esa pequeña polla de goma me estaba sodomizando. Y aunque el tamaño era bastante poca cosa, la fuerza con la que ese hombre me taladraba me hacía sentir que acabaría sin poder sentarme en una semana.

Los golpes cesaron en la espalda del hombre y escuché a mi amiga sollozar. No podía verlo, pero seguro que Irene se estaba follando a Paula. No había podido conmigo y se lo haría pagar a ella.

No podía hacer nada. Las embestidas eran tan brutales que tenía que agarrarme a los barrotes para no acabar golpeando la cabeza en ellos. Paula estaba en la misma situación. Las dos siendo folladas, yo brutalmente por la fuerza de él y ella siendo desgarrada por la bestia de goma de ...