1. La historia de Ángel, solo era un muchacho (38)


    Fecha: 27/03/2019, Categorías: Gays Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... chaleco de la misma tela abierto, me quedé de pie pasando la vista por el cuarto.
    
    Miré desconcertado la habitación, parecía la reproducción de un camarote de barco antiguo, salvo los detalles tecnológicos que no faltaban, como un enorme televisor sobre la pared y una portátil sobre su mesa de escritorio demás de una torre de sonido.
    
    En las paredes abundaban los adornos marineros y muchas fotografías, un gran banco de madera, como si fuera un arcón, corría a lo largo de la pared debajo de los ventanales y de extremo a extremo de la habitación.
    
    En las fotografías se le podía ver a él en el monte, en la nieve, en la playa, acompañado de sus hermanos y amigos, y casi en todas ellas, siempre presente Irina su hermana. Por el rabillo del ojo le había visto levantarse y se acercaba a mi lado hasta que le tuve a unos centímetros, cogió un porta retratos de la estantería, estaban él e Irina en un primer plano, ésta le besaba la mejilla. Pasó lentamente la yema de un dedo acariciando el óvalo de la cara de su hermana.
    
    -Creo que puedo saber lo que sientes, pero tienes que ser fuerte, por esto no terminan nuestras vidas ni nos vamos a morir. -dejó el marco donde estaba y me cogió las manos mirándome a la cara, estábamos muy próximos, casi pegando el cuerpo de uno al otro, me abrazó llevando cogidas mis manos a mi espalda, intenté soltarme, alejarme de él, pero resultaba imposible cogido como estaba, me desestabilicé y terminé apoyando la espalda en la pared de madera.
    
    Las manos me dolían al sentirlas presionadas y Robert metió una rodilla entre mis dos piernas apoyándola sobre la pared obligándome a abrirlas. Sentía su irritación en la forma forzada de la respiración, acercó la cara hasta hacer contacto con la mía y buscó mis labios, yo movía la cabeza de un lado a otro para evitar lo imposible hasta que sus labios hicieron contacto con los míos.
    
    Sus labios le abrasaban de calor y tenía la cara roja y sofocada. lentamente sucumbía a la presión que ejercía con la lengua y abrí los labios permitiéndole que me la introdujera, fue disminuyendo la fuerza que ejercía en mis muñecas hasta que me soltó para agarrarme de las caderas y hacer más intenso el beso.
    
    -Déjame Robert, esto no está bien, además eres muy joven. -me respiraba en la boca queriendo repetir el beso.
    
    -En todo caso soy mayor que Irina. Pregúntale a Irina que tal de joven soy, tu amante nos la ha quitado, y es justo que yo tome lo que es de él, una pequeña pero dulce venganza.
    
    Seguirá… 
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