1. El verano está para quemarse


    Fecha: 23/08/2019, Categorías: Intercambios Autor: Alvaro79, Fuente: TodoRelatos

    ... deseo.
    
    Quién sabe… todo es posible, aunque si esto va de fantasías, difícil cumplirlas todas a la vez, son incompatibles entre sí - dijo Alberto esbozando una sonrisa.
    
    Pues nada, vamos a ver hasta dónde nos lleva esto… no te parece?
    
    Tienes unos pechos muy bonitos… espero que no te moleste.
    
    Ah, gracias… tranquilo, no me molesta - respondió ella mientras recorría su cuerpo con la mirada.
    
    Y ambos cambiaron de conversación porque no se encontraban tan cómodos estando el público como sí parecían estarlo sus parejas.
    
    —-
    
    Durante los primeros minutos de buceo, Álvaro dejó a conciencia que Rocío fuera delante con la excusa de su mejor conocimiento de la cala y sus rincones para aquella actividad, aunque era evidente que su verdadera intención era poder observar su cuerpo con total nitidez y libertad dentro del agua, disfrutar de sus bonitas piernas que se abrían para coger impulso, de sus pezones dejando una breve estela cuando avanzaba, de su pelo suelto mecido por el agua. Ella sabía que la miraba, se sentía deseada y eso le encantaba, a veces se paraba y se daba la vuelta para observar bajo el agua con total descaro el cuerpo de Álvaro y aprovechar los movimientos de nado para mostrarle partes de su cuerpo.
    
    Avanzaron hasta un enrocado que había en la esquina de la cala, donde la orografía giraba y quedaban ocultos. Rocío, con decisión, se fue hacia un rincón que había en forma de cueva y donde se podía hacer pie, quitándose la máscara de buceo y mirando con lascivia a Álvaro que iba justo solo unas brazadas por detrás.
    
    Llegó hasta su posición, se puso en pie sobre la roca y la cogió por la cintura.
    
    Hemos acertado. Te diría que tu mujer tiene los pezones hasta duros y Alberto te digo yo que la tenía casi empalmada jajajaja - dijo Rocío con total naturalidad.
    
    Sí, hemos acertado, chupito - contestó Álvaro justo antes de lanzarse a su boca y probar sus labios por primera vez, salados, calientes, húmedos de deseo. Recorriendo su cuerpo con las manos mojadas mientras hacían equilibrios para aguantar las acometidas de las pequeñas olas que llegaban hasta aquel rincón escondido.
    
    Sus respiraciones se agitaban, el beso era cada más apasionado, sus manos iban cada vez más rápido. Pero un kayak con dos palistas asomó a su altura y ambos se quedaron mirando.
    
    Tenemos que dejarlo aquí, una pena, pero mejor que nos vayamos… dijo Rocío con cierta cara de pena mezclada con el desasosiego y el deseo. - Aquí cualquier nos puedes conocer a Alberto o a mí y eso sí que no, con eso no quiero jugar.
    
    Lo entiendo, vámonos - confirmó Álvaro cuando estaba a punto de lanzarse a uno de sus pezones.
    
    Ambos regresaron y enfriaron sus cuerpos durante el camino de vuelta. En las toallas nada parecía haber cambiado, pero sin embargo parecían aceptar con total naturalidad el tiempo que sus parejas estaban pasando juntos. No les parecía mal, incluso quizás lo contrario.
    
    La mañana se acababa y se acercaba la hora de la comida, pero ninguno ...
«12...8910...21»