El verano está para quemarse - Relatos Eróticos

El verano está para quemarse

... quedaron mirándola, aunque por distintos motivos y pensamientos.

Sabes lo que te digo, Alberto? Que este año no quiero marcas, me voy a quitar el bikini que todavía las tengo bien puestas - explicó con risas mientras iniciaba el gesto - Lucía, te animas? Que seguro que tú también las tienes dignas de mostrar y disfrutar, venga, vamos a ponernos morenitas, me acompañas?

Lucía dudó unos segundos, hacía mucho tiempo que no hacía top-less, pero no le parecía mala idea en absoluto coger un poco de color en sus pechos, tan tapados durante el verano, le apetecía recordar la sensación de tenerlos morenos al mirarse al espejo, sin marcas.

Venga, un día es un día - y Lucía también hizo el gesto para desabrocharse la parte de arriba de su bikini y dejarlo sobre la toalla, mostrando unos pechos grandes, sin ser excesivos, turgentes y muy apetecibles.

Ya iban de camino hacia el chiringuito, tras anotar mentalmente la petición de cada uno.

Qué apostamos? Cuando volvamos con las cervezas, o tu mujer se ha vuelto a poner el bikini por vergüenza o mi marido la tiene dura, qué dices?

Pues te digo que lo primero no, lo segundo sí, y si acertamos chupito jajajaja

Y aceptaron el reto. Minutos después volvían con las cervezas y no pudieron ocultar su sonrisa. Lucía seguía con sus pechos al descubierto mientras hablaban de sus temas y Rocío, nada más llegar a su altura, pudo identificar sin ninguna duda la casi erección completa que tenía su marido bajo el bañador. No todos los días se tenían unos pechos así delante de ti durante tanto tiempo, ambas tenían los pechos muy bonitos, pero para Alberto los de Lucía eran desconocidos.

Para Álvaro los de Rocío también lo eran, por eso dio buena cuenta de ellos en el camino de ida y vuelta al chiringuito de la playa, a veces de forma disimulada, pero la mayoría sin ningún recato, para que ella fuera bien consciente de que estaba recibiendo toda su atención. Algo de lo que realmente ella lo era, vaya si lo era.

Si pudiera ahora mismo te las comía hasta hartarme - le dijo Álvaro como si tal cosa pasos antes de llegar a la barra.

Lo sé, lo estoy deseando. - contestó ella riendo justo antes de pedir las consumiciones.

Durante los minutos que duró la cerveza, con cada uno en su respectiva toallas, las miradas no dejaron de cruzarse, todos se miraban, se estudiaban sus cuerpos de soslayo, se dirigían miradas cómplices, nada se veía, todo se intuía y se sentía. Los chicos en el centro, ellas en la parte de fuera.

La siguiente proposición fue hacer snorkel, y de nuevo, casualmente, solo se apuntaron Rocío y Álvaro, por lo que de nuevo se iban solos mientras sus respectivos se quedaban charlando en la toalla.

Para mí que se está cociendo algo… - dijo Lucía mientras los veía alejarse con los bártulos para bucear en las manos.

Sí, puede ser, Rocío está muy contenta…

Y yo a Álvaro también lo veo muy suelto… crees que están preparado o hablando algo? - preguntó ella con curiosidad y un toque de ...