El verano está para quemarse - Relatos Eróticos

El verano está para quemarse

... perfecta.

El feeling entre los cuatro volvía a surgir y las conversaciones se entrelazaban entre todo tipo de temas y ámbitos. Algunos más serios, otros más distendidos. Tal era el ambiente entre ellos, que decidieron picar algo allí mismo, en el chill-out, para después irse al chalé de Rocío y Alberto a terminar la noche tomando una última copa y pasando a ser oficialmente anfitriones de aquella velada.

Sentados en el jardín, en sillones de mimbre con cojines muy mullidos mientras soplaba una breve brisa procedente del mar, disfrutaban de su conversación y saboreaban unos cócteles preparados por Alberto que bien podían estar al nivel del mejor de los garitos de verano.

Álvaro no pudo evitar desconectar de la conversación durante unos segundos para fijarse en un detalle. Quizás alguien más había reparado en ello, pero al menos hasta ese momento durante la velada, nadie lo había verbalizado. Y es que se parecían mucho entre ellos. Lucía y Rocío compartían una misma fisonomía, las dos mujeres guapas de pelo oscuro y largo, compartían las curvas y una misma estatura media. Álvaro y Alberto también podían pasar por tener alguna cercanía. Ambos más altos que ellas, morenos de piel, atractivos y de complexión atlética. Todos estaban en los cuarenta y todos tenían un nivel cultural medio-alto.

Las diferencias entre ellos se vislumbraban en sus personalidades, y además, conformaban un interesante juego de líneas cruzadas, pues en la pareja de Álvaro y Lucía, ella era la parte dulce, prudente, comedida, mientras él era más arrojado, activo e inquieto. En la pareja de Rocío y Alberto, era justo al revés. Rocío era la parte activa de la pareja, por su decisión, su nervio, su alegría. Mientras él era más pausado, equilibrado y prudente.

Por afinidad física, conectaban sin duda por sexos. Por conexión personal, lo hacía cada uno con la otra parte de la pareja.

Verdad, cariño? - Le preguntó Lucía sacándolo de su ensimismamiento a la fuerza.

Perdón? - Contestó él de forma improvisada.

En qué estabas pensando? jejeje - Le preguntó Roció con sonrisa pícara.

Perdonar, me había quedado en las nubes, de qué estamos hablando?

Estamos hablando de series - comenzó a explicarle su mujer - y Rocío ha dicho que han vuelto a ver El juegos de las llaves por segunda vez, que si lo habíamos visto, y le he dicho que sí, que nos encantó, verdad? - y remató su explicación con una leve sonrisa de complicidad.

Ah, sí, mucho, es una pasada de serie y no es fácil encontrar cosas así que estén tan bien cuidadas visualmente.

Jajajajajaj - rompieron a reír los tres.

Bueno, es que no estábamos hablando de esa parte precisamente - apuntó Rocío cuando dejó de reír - sino más bien de la otra… ya sabes… de lo inspiradora que es.

Sí, es verdad, es muy inspiradora… - confirmó Álvaro sonriendo y mirando a su mujer.

A mí, la verdad, la escena de la orgína me pone tontísima - dijo Rocío sorprendiéndonos a todos, el primero a su marido que la miró con ...