El verano está para quemarse - Relatos Eróticos

El verano está para quemarse

... gesto de contrariedad - Va, cariño, no me mires así, que somos todos adultos y seguro que Lucía y Álvaro también la disfrutaron mucho.

Totalmente de acuerdo - dijo Álvaro apoyándola - esa escena lo tiene todo.

No pasa nada, cariño, tú puedes decir lo que quieras - la tranquilizó Alberto interviniendo por primera vez en varios minutos.

Realmente a Rocío no le hacía falta aprobación, los efectos de la cerveza en la playa, el vino durante el picoteo y los seguidos cócteles ya habían empezado a despertar en ella esa vena inquieta y juguetona que tenía a flor de piel. Nada concreto se pasaba por su cabeza en aquella situación tan normal entre personas adultas, pero el simple hecho de hablar en voz alta con dos casi desconocidos de aquellos temas, ya le producía un placer especial. Y Álvaro lo compartía con ella. Alberto y Lucía eran más comedidos, no tan lanzados, pero también disfrutaban las cosas a su manera, y también llevaban por dentro sus propias reacciones a una conversación tan adulta y sugerente.

La escena de ella, vestida con ese antifaz y esa lencería de infarto paseando por las estancias de la casa y viendo todas aquellas cosas tan diferentes… uff, es mareante. - Continuó Rocío.

La verdad es que está muy chula, pasamos buenas tardes viéndola jejeje - Dijo Lucía por primera vez como desahogo verbal al azoramiento que estaba empezado a sentir sin remedio. Rocío y su marido no pudieron evitar mirarse también con complicidad.

Es que además, yo no sé si os pasa a vosotros, pero nosotros la hemos visto ahora por segunda vez, y con esto de que los niños ya son más independientes y tenemos más tiempo, la hemos visto con otros ojos, no sé, como si las fantasías fueran ahora un poco más posible, no sé si me explico - explicó Rocío con una mezcla de intriga y alegría.

Yo te entiendo - dijo Álvaro levantando la mano.

Es que ahora quieres hacer una orgía? - preguntó Alberto a su mujer.

Hombre, a una orgía no creo que me atreviera, pero aquí todos tenemos nuestras fantasías, eh? guapito? - Le contestó ella con tono desafiante.

Sí, sí, todos.

Y yo sé muy bien las tuyas, no las cumplimos porque no quieres - Le volvió a desafiar ella.

Bueno, bueno, ya lo iremos hablando, que seguro que a ellos nuestras fantasías les aburren. - dijo Alberto intentando salir de aquella situación.

Que va, no nos aburren, al contrario, nos encantaría saberlas! - Contestó Álvaro rápidamente para azuzar la conversación con tono divertido.

Venga, va, no seas tonto, déjame que cuenta una, la más suave, si seguro que ellos han pensado también sus cosas - le dijo Rocío a su marido con cara de chica buena.

Vale, vale, cuenta lo que quieras - le repuso él.

A ver, supongo que coincidiremos todos en que el juego de la serie a lo mejor es un poco fuerte y no todo el mundo se atrevería, pero tenemos otras fantasías más normales, aunque para nosotros, que nos las hemos hecho nunca, nos parezcan muy lejanas. - en ese momento hizo una pausa ...