1. Destrozado


    Fecha: 09/08/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... comida como una maestra por Maite. Celia, bajó sus manos, me cogió de la cabeza y me subió hasta su boca, comiéndome la mía y susurrándome:”métemela, no me dejas así, por favor métemela de una vez”: Dicho eso, y sin volver a preocúpame por los condones, metí mis 16 cms, dentro de aquella amiga de mi mujer, mientras estanos miraba desde al lado. Cuando vió lo que yo hacia con su amiga, sin cortarse un pelo, vino a nuestra hamca mientras dejaba sola a Maite y metiendose entre mis piernas se puso a chuparme el culo. Aquello ya no podía ser mejor, era la primera vez que mi mujer hacia algo así. Yo ya no podía más y nuevamente comencé a echar esperma fuera. A la vez que yo me corría, nuevamente, Celia tambien se corría con lo cual mi mujer llegó a chupar mi esperma con los flujos de Celia. Dándose la vuelta atrajo hacia si a Maite y le estampo un beso en la boca llena de los fluidos de los dos.
    
    Sentí como nuevamente mi pene desaparecía y trataba de esconderse, pero aquello aun no había terminado y las chicas no estaban dispuestas que quedara así.
    
    Subió mi mujer a buscar unos refrescos y unas cervezas mientras yo me quedaba en la piscina charlando con las chicas.
    
    ¿Qué te gustaría hacer?, preguntó Maite. “Pues la verdad, es que me encantaría follarte a ti, pero no creo que “mi amigo” se levante para otra sesión”, contesté yo, tratando de ser honesto con las chicas. A ver, dijo Maite, déjame intentarlo, y sin más preámbulos se acercó a mí se puso de rodillas y se metió mi fláccido sexo en la boca, comenzando a darle lametones y llevando su lengua hasta mi ano y volviendo nuevamente a comenzar. Celia se acercó por detrás de ella y comenzó a acariciarle sus tetas mientras me miraba a mí. En esta situación llegó mi mujer y dejando las bebidas encima de la mesita auxiliar, se puso de pie detrás de Celia y metiendo su mano entre las piernas de esta comenzó a acariciar el coño de ella mientras con la otra mano ella misma se masturbaba.
    
    Maite seguía chupando mi sexo sin cesar, con lo cual mi pene empezaba a dar señales de vida. Nuevamente noté como metía un dedo dentro de mi ano y comenzaba a hacer círculos, al sentir este placer mi pene se desperezó por completo y nuevamente se dispuso para la guerra. Agarré a Maite por la cintura y me la llevé a la otra hamaca mientras mi mujer y Celia comenzaban a besarse en la boca mientras recorrían sus cuerpos con las manos. Yo seguía a lo mío y nos besábamos furiosamente Maite y yo mientras explorábamos nuestros cuerpos sin dejar ningún hueco sin tocar. De esta forma pasee mis labios por sus senos, tironeando despacio pero con un poco de fuerza de sus pezones y tratando de comer un poco de su desaparecida leche. Baje por su cintura hasta llegar a su ombligo, donde me entretuve en meter mi lengua y jugar con sus pliegues. Al fin llegué a su sexo que desprendía un suave olor a sexo y me invitaba a entrar. Le abrí las piernas y metí mi cabeza, jugué con su clítoris y metí dos dedos dentro d su vagina la cual ...
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