Juegos prohibidos (Capítulo 3) - Relatos Eróticos

Juegos prohibidos (Capítulo 3)

... éramos pareja como tal.

- Pero, podíais haber seguido juntos, noto que hay un buen rollo entre ambos.

Blanca me miró de nuevo a los ojos y luego a los labios que yo de forma inconsciente me estaba mordiendo.

- Pues no nos vemos desde la facultad, a pesar de estar muy unidos. Es curioso.

- Por eso, me extraña que una mujer cómo tú, tan bella, tan sexy... y esas cosas que hacíais entonces... - dije de forma impulsiva.

- ¿Cosas? - preguntó con su cara ladeada.

Me quedé callada, sin saber qué decir, porque sin duda, me había quedado yo misma en evidencia, pues lo que mi chico me confesó en pleno polvo, formaba parte de su pasado y ella no debía suponer que yo lo sabía todo, su forma de follar, esas posturas, la rudeza en sus encuentros, todas esas cosas que me daban un morbo increíble. Lo cierto es que me costaba creer que mi chico hubiese dejado pasar a ese bombón de mujer, que además parecía encantadora, además de follar de aquella manera, según contaba.

- Dame un minuto, que voy a ver cómo va ese con el horno, que, si no le vigilo, acaba quemándome la cocina. - dije de pronto a modo de excusa, pues quise evadirme de esa mirada por un instante.

- Vale, vale, tranquila. - respondió con esa iluminada sonrisa.

De camino a la cocina noté, no sé por qué su mirada en mis piernas y en mi culo y me cercioré cuando al volverme vi su boca abierta y sus ojos devorándome. Al llegar vi a Dani pegándose con el horno y él al sentirme a su lado me hizo un repaso por todo mi cuerpo sin poder evitar pegarse a mí y darme un beso tierno, al tiempo que intentaba meter sus manos por debajo de mi vestido y apretujando mi culo.

- ¡Estate quieto!

- Joder, Silvia, es que estás increíble con ese vestido. Mira lo dura que la tengo, no se me baja y después de lo antes...

- Bueno, supongo que el vestido de Blanca también tiene algo que ver.

- Ya, pero...

- Cielo, no te cortes, es normal, hasta a mí me ha puesto ese vestido. - dije de forma inconsciente – no quiero verte tenso, quiero verte con ella como antes, que lo digas, que lo pienses, que le mires descaradamente a esas tetas que tiene.

- Joder, Silvia, ¿hablas en serio?

- Bueno, sí, ya me entiendes. - dije disimulando y al tiempo controlando los botones del horno – ese vestido es la bomba, bueno como ella... me gustaría verte relajado y si algo está tenso por ella, no me va a importar - añadí tocando esa polla dura bajo su pantalón.

- No, no te entiendo. Hasta ahora todo era un juego, pero ¿De verdad, Blanca te pone hasta querer follártela?

- Eres bobo. No estoy hablando de mí.

- Bobo, me quedaría mirándolo yo.

- ¿A nosotras dos follando?, ¿no te importaría?

- Sería lo mejor del mundo, ya sabes lo que me pone ese sueño.

- Pero hasta ahora era un sueño, Dani.

- ¿Y por qué no podría ser verdad?

- ¡Qué tonterías dices!, voy a atender a nuestra invitada, anda, vigila un poco más el horno. - le respondí dándole un manotazo, saliendo de la cocina.

Por el ...