1. El Regalo: Senderistas, Una cita y dos Garrulos


    Fecha: 02/08/2019, Categorías: Incesto Autor: Atlas, Fuente: TodoRelatos

    ... capacidades amatorias del verraco, pero la idea de que fuese caníbal le convertía en su opinión en un candidato ideal para hacer jamones. Entraron en la casa que les recibió con un olor no especialmente agradable, se notaba que la limpieza y la ventilación no era una prioridad de sus moradores, los muebles llenos de polvo pedían a gritos una buena limpieza, la condujo hasta lo que parecía el salón donde un hombre que parecía una copia idéntica del primero estaba sentado viendo la televisión sobre un mugriento sofá.
    
    β€” Mi hermano Herminio. β€” Le presentó su salvador
    
    β€” Hola. β€” El hombre balbuceo un saludo con los ojos abiertos como platos
    
    β€” Hola, tu hermano me ha rescatado de un perro que me quería morder.
    
    β€” Toma, ya verás como esto te anima. β€” Le ofreció un pequeño vaso con un líquido transparente, María miro el vaso de reojo evaluando si estaba suficientemente limpio. β€” Venga de un trago.
    
    La mujer hizo un amago de brindis con el vaso y siguiendo su consejo lo apuró de un trago. El líquido debía ser algún tipo de aguardiente al principio tenía buen sabor, pero luego iba dejando un reguero ardiente según bajaba por su garganta camino al estómago.
    
    β€” Uuuufffff está fuerte.
    
    β€” Lo hacemos nosotros mismos, el abuelo nos enseñó a prepararlo, ¿Está bueno verdad? β€” El hombre se afanó en rellenarle el vaso.
    
    Le ofrecieron asiento en un sillón, a María le dio reparo rechazar su ofrecimiento con lo amables que estaban siendo. Se sentó cuidadosamente, los hombres no le quitaban ojo de encima, no se le ocurría de que hablar con ellos y dejaba pasar el tiempo dando pequeños sorbos a su vaso.
    
    β€” El otro día te vi. β€” El llamado Herminio habló por primera vez.
    
    β€” ¿Sí, cuando?
    
    β€” Ya era de noche, veníais los tres por el camino.
    
    María se puso colorada, recordaba la vuelta de la excursión, su marido la había obligado a caminar desnuda por el camino, esperaba que nadie la hubiese visto, sus esperanzas desaparecieron cuando el hombre siguió hablando.
    
    β€” Estabas muy guapa, tan blanca y deseable bajo la luna.
    
    β€” Ya, no era una situación normal, mi marido me lo pidió y no pude negarme.
    
    β€” Y si te lo pedimos nosotros.
    
    β€” Nooooo, no es lo mismo.
    
    β€” Podemos ofrecerte dinero.
    
    β€” Oyeee no soy una prostituta.
    
    β€” Claro, claro es para que te compres algo en nuestro nombre. Solamente queremos verte. Mira te damos cincuenta euros por quitarte el vestido.
    
    β€” Jajajaja, anda ya.
    
    β€” Es como si te viésemos en ropa de baño ¿Te avergonzaría eso?
    
    β€” No es lo mismo.
    
    β€” En la playa te verían un montón aquí solamente somos dos.
    
    María les encontraba graciosos, se les veía con tanta ansia, además no creía que le hiciesen nada malo, sabía donde vivían, no se atreverían a nada, además los dos vasitos de licor le habían proporcionado un agradable calorcillo por todo el cuerpo.
    
    β€” Venga vale, a ver esos euros.
    
    Herminio sacó rápidamente su cartera y le entregó un billete. María lo tomó con gesto divertido y se lo guardó en el bolso. Se puso ...