1. El Regalo: Senderistas, Una cita y dos Garrulos


    Fecha: 02/08/2019, Categorías: Incesto Autor: Atlas, Fuente: TodoRelatos

    ... Víctor que la dejase un poco antes de llegar a la casa, con un poco de suerte no la oirían llegar. Se despidieron con un beso mientras ella le deseaba lo mejor para su hermano. Abrió la puerta del jardín en silencio, dejo a un lado el camino que iba hacía la casa, prefiriendo andar por el césped que era más silencioso.
    
    Algo se enredó en sus pies según caminaba cuando se agachó a cogerlo se dio cuenta que era la parte inferior de un bikini de color rojo. El sujetador estaba pocos pasos más adelante, según avanzaba iba encontrando más prendas, una camiseta, otro bikini. María dejo de recoger prendas, ya le quedaba claro lo que se iba a encontrar si seguía caminando hacia la casa.
    
    No sabía qué hacer, no le apetecía entrar y encontrarse a los cuatro follando y menos cuando ella volvía tan pronto. Quedarse en el jardín esperando tampoco era muy buena opción. A lo mejor encontraba algo abierto en el pueblo y podía echar allí un buen rato y volver luego más tarde.
    
    Volvió al camino y tomo dirección al pueblo, no iba muy animada, desde luego no tenía ningún plan que la motivase, iba sumida en sus tristes pensamientos cuando unos fuertes ladridos le dieron un buen susto. Un perrazo de raza indefinida se había colocado delante de ella y ladraba con fuerza.
    
    María se asustó, según retrocedía el perro la seguía, mostrando los dientes y gruñendo. Ella ya no sabía que hacer, salir corriendo no le parecía que sirviese de nada y tampoco veía nada con que defenderse.
    
    — Señora, señora. — Una voz desde su izquierda la sobresaltó, cuando desvió la mirada vio a un hombre que junto a una vieja puerta herrumbrosa le hacía señas de que se acercará,
    
    María fue corriendo hacia el hombre, este le franqueo la puerta y la volvió a cerrar a su espalda dejando al perro ladrando al otro lado. Ya se pudo fijar en su salvador, era un hombre de mediana edad, más bien bajo pero muy robusto, lo más llamativo de él era su cabeza, nunca había visto una tan redonda y el pelo muy corto no afectaba para nada su forma.
    
    — Muchas gracias, estaba muy asustada.
    
    — No es buena idea andar por la noche por aquí, hay muchos perros para guardar el ganado y algunos pueden ser peligrosos.
    
    — Ay Dios, todavía estoy temblando.
    
    — Venga conmigo le daré algo para que se recupere.
    
    Siguió al hombre por un camino que discurría hasta una desvencijada casa al final de la propiedad, en lugar de una parcela bien cuidada y limpia como en la casa donde estaban alojados, esta estaba sucia y descuidada, se veían muebles viejos y maquinaria agrícola, en un momento pasaron al lado de un vallado donde había un cerdo enorme, el animal les miraba con unos ojos diminutos. María pensó que la miraba solamente a ella
    
    — Que cerdo tan grande.
    
    — Es un semental, tenemos que tenerle apartado porque se come a los pequeños.
    
    — Si hace eso porque no lo sacrificáis.
    
    — Es el mejor semental de la comarca, tenías que ver como gritan las cerditas cuando se acopla.
    
    María no dudaba de las ...
«12...456...10»