1. El Regalo: Senderistas, Una cita y dos Garrulos


    Fecha: 02/08/2019, Categorías: Incesto Autor: Atlas, Fuente: TodoRelatos

    ... noche.
    
    La distancia no fue grande en apenas quince minutos llegaron a un pequeño pueblo, las casas de piedra, el suelo adoquinado y el diseño de las farolas le daban un aire medieval y mágico. María estaba encantada mirando todos los detalles de los edificios que iban pasando. Al final Víctor detuvo el coche frente a una casa con un brillante letrero que anunciaba un bar.
    
    Era un local sencillo, aunque las sólidas mesas de pino con sillas a juego quedaban bastante aparentes. Víctor no dejo a María ni mirar la carta, habló con el camarero al que obviamente conocía y pidió para los dos.
    
    — Oyeee, no me has dejado ni mirar la carta.
    
    — No te preocupes aquí todo está bueno, puedes fiarte de mí.
    
    — Si no me gusta algo te doy un pellizco.
    
    — Y por cada cosa que te guste me das un beso.
    
    — Vale.
    
    La conversación fluía, con Víctor era fácil reírse, cuando trajeron la jarra de sangría que habían pedido el hombre se ganó el primer beso. Los platos fueron llegando y cada vez que María probaba algo nuevo Víctor acercaba la mejilla en plan broma. Lo cierto es que estaba todo buenísimo, no eran platos complicados pero el producto era bueno y estaba bien cocinado. Para rematar la cena le trajeron un trozo de tarta de chocolate, estaba tan rica que María cambió el beso de lugar y se lo dio en la boca.
    
    Salieron de un humor excelente y fueron andando a un local cercano a tomar una copa, pidieron sus consumiciones y se sentaron. Estaban pegados como dos adolescentes y pronto aprovecharon la penumbra del local para besarse apasionadamente. Ya Víctor estaba subiendo la mano por la cintura de la mujer cuando su teléfono empezó a sonar, él no le hizo ni caso, cuando volvió a empezar a repetir el tono le dio al botón de colgar. Al momento el estridente sonido volvió a empezar.
    
    Ante la insistencia del tono del teléfono no le quedó más remedio que atender la llamada. María vio como su cara iba cambiando, del fastidio a la atención y de la atención a la preocupación. La conversación fue breve, pero al concluir la cara de Víctor había cambiado totalmente.
    
    — María me vas a tener que perdonar, tengo que irme ahora mismo.
    
    — ¿Qué ha pasado?
    
    — Mi hermano ha tenido un golpe con el coche, le han llevado al hospital, tengo que ir. Te llevo a casa y me voy para allá.
    
    — Sí vámonos ya.
    
    Víctor fue a pagar las consumiciones, María estaba desilusionada, la noche había ido tan bien hasta ese momento que le sentaba fatal tener que separarse. Mirando a su alrededor había un montón de parejas pasándolo bien, no pudo menos que maldecir su mala suerte. Sabía que estaba siendo egoísta y que Víctor no podía hacer otra cosa, pero no podía evitar su disgusto.
    
    La vuelta la hicieron en silencio, la sensación de que se hubiese estropeado la noche les había quitado los ánimos, aparte de la preocupación que tenía Víctor. A María no le apetecía nada volver, le daba la impresión de que se iban a reír de ella por volver tan pronto en su día libre.
    
    Le pidió a ...
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